El cierre de comedores agrava la crisis alimentaria en los barrios

El gobierno nacional lleva más de dos meses sin enviar alimentos y no pueden funcionar. El programa municipal que entrega solo 876 pesos y ya parece una burla.
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El crecimiento de la pobreza se siente en Mar del Plata. En la temporada de verano se registró una baja en la cantidad de turistas respecto del año pasado y también bajó el consumo. La inflación del 20% es la otra columna de un escenario crítico. 

Un escenario que va a profundizarse. El presidente de la nación Javier Milei, en el mensaje al congreso durante la apertura del período de sesiones, ratificó que quedan meses de alta inflación. 

En un diálogo con región Mar del Plata, Gonzalo Vigil de la organización Libres del Sur, expresó: “Mar del Plata no está preparada para la crisis que se viene. Históricamente ha sido la capital de la desocupación y eso va camino a agrandarse de manera muy fuerte”, dijo y manifestó que  hay un alza en los delitos y en la sensación de frustración que siente mucha gente: “Vamos a una crisis muy fuerte y Mar del Plata no tiene ningún sistema de contención”. 

Vigil y Ana, referente de la organización Sin Techo trazaron un panorama del día a día en los barrios de la ciudad donde todo va peor porque el gobierno nacional cortó la asistencia a los comedores barriales, el municipal se mantiene ausente y con lo que envía la provincia no alcanza. 

La organización Sin Techo tiene presencia en El Martillo, Libertad, San Jacinto, Camet, 2 de Abril y Las Heras. En total, mantiene comedores en quince barrios de la ciudad y en Miramar y Balcarce.

El corte en el envío de alimentos produjo el cierre de los comedores. “Hay una demanda de vecinos y vecinas que necesitan su vianda y hoy no se la podemos dar porque no tenemos mercadería”, dijo Ana. 

La demanda es alta, la gente pregunta cuándo van a abrir y para muchos el verano se hizo largo porque las escuelas cierran y tampoco allí hay comedores. “Las familias no llegan. Venían a buscar una comida acá. Era una menos para llegar a fin de mes. Eso ahora no está pasando. Hay muchos que trabajan al día: cortan el pasto, salen con el carrito a juntar cartones. Se les está haciendo muy difícil”.

Tras destacar que hay mucha demanda en todos los comedores, señaló que reclamaron alimentos en supermercados y en Desarrollo Social de nación. “Necesitamos que llegue la mercadería a cada comedor para poder abrir y ayudar a los vecinos y vecinas que la están pasando mal”. 

Los comedores son urgentes 

comedores

Libres del Sur está en todos los puntos cardinales: Parque Peña, Parque Camet,  Libertad, Virgen de Lujan, Malvinas Argentinas, San Jorge, La Herradura, Santa Rosa de Lima, Coronel Dorrego, Las Lilas, Pueyrredon, Fortunato de la Plaza, el Martillo, Parque Palermo, Las Heras, Parque Hermoso, Nuevo Golf, San Patricio, San Jacinto, Playa Serena, Santa Rosa del Mar, Parque Independencia, San Martín, El Progreso y en Batán, El Boquerón, La Serranita, El Trébol y El Colmenar. 

Gonzalo Vigil sostuvo que la situación alimentaria en Mar del Plata y Batán “se agrava” y la caída en el consumo de alimentos, que según el Indec y encuestadoras privadas es del 20%, se relaciona con la dificultad de las familias cuyos ingresos pierden contra la inflación 

Por eso, indicó que “los comedores comunitarios son más urgentes que nunca” aunque no tienen cómo gestionarlos. “Recibimos algo de mercadería de provincia, lo que se llama no perecedero o seco –arroz, polenta, algo de harina, de fideos, puré de tomate–. Pero un comedor para poder funcionar necesita mucho más. La mayoría en General Pueyrredon no están funcionando porque no cuentan con los insumos”. 

Vigil recordó que había mujeres que los sostenían con dinero de sus bolsillos pero ya no pueden. “Apenas tienen para parar la olla en su casa y las donaciones que se recibían tampoco pueden llegar porque los mismos comerciantes que tenían algún resto ya no lo tienen por esta misma caída del consumo”.

Más jubilados 

Los comedores que funcionan reciben la demanda de los que no pueden hacerlo. “Hubo un  aumento significativo de familias y principalmente de adultos mayores porque las jubilaciones en los barrios populares son de personas que han trabajado en negro, han hecho alguna moratoria o han podido pagar un monotributo, pero tienen la mínima”.

Al tema de los ingresos, el referente de Libres del Sur le sumó la situación habitacional que atraviesa toda esa realidad. “Empezamos a ver hacinamiento. Los hijos habían hecho su familia y volvieron a vivir con sus padres o padres que fueron a vivir con los hijos para ahorrar gastos”. 

El programa municipal que es una burla 

Las organizaciones reclaman al gobierno nacional sin ningún tipo de respuesta. La semana pasada hicieron una gran movilización desde plaza España al Unzué donde funciona el Centro de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social en el marco de una jornada que tuvo lugar a nivel nacional porque todas las localidades están en una situación similar. 

A la provincia le han planteado que lo que envían no alcanza y ante el intendente continúan con la denuncia por el congelamiento del Programa de Alimentos municipal. “Es un reclamo que venimos llevando adelante desde el día uno del gobierno de Guillermo Montenegro. Habían prometido que se iba a actualizar, que iban a hacer un cambio en la tarjeta, una apertura para que más familias se puedan anotar pero eso no ha sucedido”. 

En diciembre de 2022 hubo otra promesa, la Secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola, anunció que estaba previsto un aumento del cien por cien en la tarjeta. “Iba atrás de la inflación. Pero al menos era algo y era entendible. No solo no sucedió sino que muchas personas se fueron dando de baja porque hubo familias que por 876 pesos dejaron de usarla y cuando la dejas de usar te dejan de cargar. El peligro es que a la tarjeta la dejen morir”. 

El programa quedó congelado en 876 pesos. “Hoy es una burla porque sabemos que con ese dinero no se compra nada. Hace casi seis años, cuando fue la última actualización, era plata. Una familia compraba siete, ocho productos. De cualquier manera se sigue utilizando porque todo suma”. 


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