Alimentos registran aumento récord durante el primer trimestre

El incremento vertiginoso de los precios en Argentina sigue generando preocupación en la población, especialmente en lo que respecta al costo de los alimentos y Mar del Plata no escapa a esta realidad. Según datos del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), durante el primer trimestre del año los alimentos registraron un aumento del 68,6%, marcando un récord alarmante en un período tan corto.

El relevamiento mensual realizado por el ISEPCi en más de 120 comercios de cercanía en Mar del Plata y Batán revela que la Canasta Básica de Alimentos (CBA) experimentó un incremento del 14,2% respecto del mes anterior, alcanzando un valor de $282.129 en febrero para una familia de cuatro integrantes. Esto representa un aumento del 323% en los últimos doce meses, superando ampliamente los ingresos de la mayoría de las familias argentinas.

Los rubros que lideraron los aumentos fueron los alimentos de almacén, con un aumento del 75,8% en el primer trimestre, seguidos por carnicería con un 65,1% y verdulería con un 57,4%. Productos básicos como arroz, fideos guiseros, polenta, yerba y manteca registraron incrementos interanuales asombrosos que superaron el 300%, mientras que frutas, carnes y productos de higiene y limpieza también experimentaron aumentos desproporcionados.

La situación económica y social en el país es crítica, con incrementos de precios que superan ampliamente los ajustes en los ingresos de las familias. El director del ISEPCi en Mar del Plata, Rodrigo Blanco, expresó su preocupación por la desconexión entre los aumentos de precios y los ingresos familiares, destacando que mientras la inflación se dispara, los salarios y jubilaciones apenas se ajustan.

La estrategia del gobierno nacional de mostrar una desaceleración de la inflación se ve desafiada por la realidad de los aumentos descontrolados en productos esenciales para la alimentación y el cuidado personal. Esta disparidad entre ingresos y precios está generando una caída del consumo y un aumento en la angustia de los sectores más vulnerables, que luchan por acceder a bienes y servicios básicos.