Cambio de paradigma productivo con alimentos sanos y saludables

Tras experiencias en empresas que desarrollan sus tareas bajos técnicas tradicionales, el ingeniero Ignacio Marque decidió abrirse y continuar por otro camino. Hoy desarrolla varios proyectos productivos agroecológicos sustentables que no sólo generan alimentos sanos, sino también altos niveles productivos.
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Pese a que los agroquímicos siguen ocupando un papel preponderante en la producción agropecuaria, más allá de las legislaciones que lo regulan, hay quienes tienen una visión opuesta a esos métodos tradicionales y van por nuevos desafíos con el propósito de una mejor calidad de vida, apelando a la sustentabilidad.

Uno de esos ejemplos es el ingeniero agrónomo, Ignacio Marque, quien cuenta como es esta experiencia que comenzó a transitar la cual se afianza cada vez más a través de distintos proyectos.

"Cuando estudié agronomía nos enseñaron una sola forma de producir alimentos, que es con agroquímicos de manera convencional y un paquete tecnológico bajado de distintas empresas donde generan dependencias de esos insumos. A nivel laboral me hacía ruido, había algo por lo que no me sentía satisfecho durante mis experiencias en varias empresas", indicó Marque.

Ante esa situación que le generaba más sinsabores que alegrías, este profesional comenzó a conocer gente con otra perspectiva productiva y sobre la naturaleza misma.

"Ahí empecé a capacitarme y enfocarme en la agroecología que es un cambio en el paradigma productivo y a la vez inicié un camino como asesor de pequeños productores sobre los beneficios, disminuyendo costos y sobre todo lograr alimentos sanos y saludables", soslayó.

Esto dio paso a otros proyectos, esta vez en el rol de productor central, donde vivió su primera experiencia en el establecimiento rural de un familiar.

"Tengo un tío que es propietario de un campo en inmediaciones de Sierra de los Padres. Allí empecé a realizar un módulo agroecológico extensivo con trigo, trébol rojo y ahora vamos a agrandar ese espacio para sembrar quínoa que ya hice a baja escala", resaltó el productor.

La papa también fue otro de los cultivos elegidos por Marque para estas prácticas agropecuarias sustentables. "En empresas que trabaje aprendí muchos conceptos técnicos más allá de las diferencias entre modalidades, ya que esta es una de las actividades que más agroquímicos lleva por campaña. A raíz de esto se me generó el desafío de usar esos conocimientos para aplicarlos a esta manera de producir, y luego de hacer ensayos comprobamos que se puede seguir afianzando esta modalidad a mayor escala. Por eso este año vamos a sembrar cuatro hectáreas de papa mediante un proyecto demostrativo abierto a la comunidad de General Alvarado", manifestó el profesional.

Práctica ancestral
Entre otras alternativas adoptadas por Marque se encuentra la Milpa, una práctica ancestral centroamericana donde en un mismo lote se siembra zapallo, maíz y poroto.

trigo agroecologico

"Lo implementamos en un campo y se generó biodiversidad porque se rompe con el monocultivo. También asesoro emprendimientos agroecológicos de brócoli y estoy junto a una cooperativa que se llama "Tierra, trabajo y libertad", donde hacemos huertas comunitarias en Miramar", sostuvo.

La agroecología llegó para quedarse y pese a ciertos reparos, cada vez hay mayor consciencia de los beneficios que acarrea esta práctica.

"La idea es seguir creciendo, creo que es un derecho de la humanidad tener acceso a alimentos sanos y saludables, por eso desde mi lugar continuaré aportando para una sociedad más justa, con metodologías sustentables alejadas de los agroquímicos", resaltó Ignacio Marque.

Rindes
A comparación de los cultivos realizados de forma tradicional, la agroecología va demostrando con hechos que los beneficios están más allá de la calidad e inocuidad de los alimentos, algo que sin duda es lo principal.

Rindes agroecologia

Ignacio Marque, sembró una hectárea de papa cuyo rinde fue de 1300 bolsas de 18 kilogramos, mientras que comúnmente un lote desarrollado bajo la modalidad convencional ronda en las 1800 o 2000 bolsas.

Lo que se debe tener en cuenta también son los costos menores ya que en la manera convencional de este cultivo, se aplican agroquímicos cada 5 o 7 días y en este caso el ingeniero agrónomo utilizó ciertos insumos orgánicos en menor cantidad y bastante más económicos.

Por otra parte, a través de esta metodología sustentable se busca acortar la cadena comercial, llegando directamente al consumidor. Ahí es donde se logra un precio mucho más alto (más del doble), a comparación del productor que comercializa con el mercado central.

De esa manera, se reduce la inversión, generando más ingresos por bolsa y el margen neto es mayor, con los errores de aprendizaje que pueden ir ocurriendo pero que son solucionables en el tiempo.

En el caso particular del trigo agroecológico desarrollado por Marque, obtuvo un rinde de 3500 kilogramos por hectárea, a diferencia de la labranza habitual que este año superó en casos los 5000 kilogramos.

La ventaja más allá de no aplicación de productos nocivos para el desarrollo del cultivo, también estuvo en el valor más alto, intentando que llegue a la mesa de los consumidores como harina agroecológica integral, por lo que de a poco se va construyendo un sistema de oferta y demanda muy favorable.


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