Alto porcentaje de estrés en el personal de salud

En el Hospital Houssay llegaron a renunciar diez médicos en solo un mes. La situación actual, la influencia de la campaña de vacunación y cómo se preparan ante la posible llegada de la variante Delta.
Noticias de Mar del Plata. Alto porcentaje de estrés en el personal de salud

La licenciada en psicología María Herrero, especialista en Gestión de Calidad Hospitalaria del Hospital Bernardo Houssay, perteneciente a PAMI, se refirió al estrés crónico que vive el personal de salud. La situación actual y cómo se preparan ante la posible llegada de la variante Delta del Covid: "Creemos que para enfrentarla es clave la campaña de vacunación de PAMI en geriátricos donde todo el mundo cuenta con las dos dosis".

Herrero contó que ante lo que sucedía en España donde la sociedad de Cuidados Paliativos había hecho un estudio que para medir el nivel de estrés laboral en el personal de salud, quisieron replicar ese modelo en la ciudad: "Pensamos que era fundamental para cuidar a los trabajadores que además son la pieza clave para cuidar a los afiliados".

"Queríamos medir científicamente lo que estaba pasando", sostuvo y explicó que desde el nosocomio hicieron un convenio con la facultad de Psicología de la Universidad Atlántida Argentina. "Ellos pusieron psicólogos que atendían a los trabajadores. A los profesionales de la medicina o la enfermería que no daban más, estaban con insomnio, tomaban calmantes cuando nunca antes habían consumido ese tipo de medicación".

Los resultados fueron contundentes: "el 80% de los trabajadores sufre estrés crónico y siente una gran soledad", dijo la especialista y agregó que "esto pasa en todos los hospitales de Mar del plata y del país".

Una de las razones son las peculiaridades del coronavirus. "Esta enfermedad es totalmente diferente a las demás. No es lo mismo una UTI en la que vos salvas al 70% de la gente -el promedio en una situación normal- y otra es que no puedas salvar a casi nadie".

A eso hay que sumarle el tema del aislamiento y del miedo. "Con otras enfermedades no pasaba", aclaró y señaló: "Un trabajador estresado es alguien que está irritado, cansado al punto que en un mes renunciaron diez médicos jóvenes. El medico más antiguo quizás tiene más oficio y es menos vulnerable. Nosotros teníamos que tratar de paliar para que nuestros trabajadores no explotaran y nos quedáramos sin personal", explicó.

El estrés
¿Qué era lo que sentía el personal? "Una de las cosas que más manifestaban es el desequilibrio entre el tiempo que pasaban en su casa, con su familia y la vida social que es lo más importante en el ser humano y el trabajo, que les ocupaba todo el día. Era agobiante".

"Acá decían mi marido o mi esposa me dicen que renuncie. Llego a mi casa destrozado, tengo insomnio, mal humor, estoy sin ganas de nada y tal vez estaban cenando o durmiendo y los llamaban que tenían que volver a trabajar porque un compañero estaba contagiado. O los chicos no tenían clases y el papá o la mamá tenían que ir a trabajar igual. Ahí se produce un desequilibrio que es una de las condiciones del estrés crónico".

Hospital Bernardo Houssay

Otro aspecto que hace a este trastorno es la falta de control sobre el trabajo. El control es cuando la persona sabe que llega a una hora, termina en otra, hace tal tarea. "Acá no había control. En un momento era Perl Harbor".

La psicóloga además observó la falta de apoyo social. "Hubo una falta de empatía por parte de quienes priorizaban tomar una cerveza a la noche, salir, reunirse y no pensaban que si no tenían cuidado la ligábamos nosotros".

Guardias eternas
Las situaciones que trajo la pandemia eran impensadas. Quizás un trabajador avisaba que no podía tomar la guardia porque era contacto estrecho, estaba esperando el hisopado de la mujer o el suyo. Entonces el que estaba tenía que quedarse o alguien que estaba de guardia en otro lado tenía que acudir en reemplazo y pasaba cuarenta y ocho horas seguidas trabajando.

"A veces hay quienes dicen cómo puede ser que no haya camas. En realidad, la cama, el respirador y todo lo que se puede comprar, lo tenemos. Este hospital es un lujo. Lo que no tenemos es quien la atienda. Tuvimos que traer gente de otras ciudades", comentó Herrero.

Luego, recordó que para el personal del Houssay uno de los momentos más duros de la pandemia fue el fallecimiento de la enfermera María Mariangeli durante la primera ola de contagios en agosto de 2020.

"Con el miedo convivís permanentemente y también lo tenes por tu familia. Es absolutamente estresante. Y cuando no había clases era peor porque a quién le dejas los chicos, no hay guardería, no hay colegio, a los abuelos no se los podes dejar. Para nosotros, cada cosa que pasó en la pandemia fue diferente, más fuerte y más difícil de resolver", describió.

El peor momento lo vivieron hace tres meses en plena segunda ola. "El cien por cien de la gente que entraba a la guardia daba positivo para Covid. Venía la gente por un infarto o un ACV y le daba positivo".

La próxima batalla
Ante la posible llegada de la variante Delta, la especialista en gestión de calidad, aseguró que en el hospital cada vez los cuidados son más estrictos. "Todas las personas que están en geriátricos tienen las dos dosis de la vacuna. PAMI vacunó a tiempo. Entonces esperamos que la Delta no nos pegue tanto".

"No es casual que en este momento no tenemos casi pacientes y los que tenemos son súper leves", dijo y respecto al personal añadió: "Pudimos dar algunas licencias por casamiento, vacaciones mientras fueron volviendo los que pertenecían al grupo de riesgo. Así los que no habían descansado pueden descansar. Estamos preparándonos para otra batalla. Ojalá no viniera pero todo lo que pasa en Europa, después pasa acá".


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