Lo que se podría hacer para que la basura no llegue a las playas

Los desagües de Mar del Plata desembocan en el mar. El municipio no plantea obras, descarta colocar redes de contención y, como única medida, pide a los ciudadanos que no arrojen residuos. Pero hay otras formas de evitar ésta contaminación.
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Los desagües de Mar del Plata desembocan en el mar y el flujo de residuos es constante. La mayoría de marplatenses y turistas interactúan con la basura en las playas y muchas veces las imágenes de la contaminación se viralizan. Sobre todo, en los balnearios cercanos a la avenida Constitución. 

Mientras tanto, el municipio, como única política, apela a que los ciudadanos sean más responsables al manipular deshechos. Por eso, Región Mar del Plata dialogó con Juan Pablo Seco Pon, doctor en Ciencias, área Biología e investigador del CONICET –especialista en contaminación por residuos de la costa y el mar– acerca de cómo reducir la cantidad de basura, las obras que podrían ejecutarse, las redes de contención y otras medidas. 

En principio, Seco Pon observó que no está bien que los desagües desemboquen en el mar. “Es una política que aprovechó los cauces naturales de cursos de agua dulce”. En otros países esos pluviales no desembocan en la costa. “Son reencausados. Hay obras de ingeniería detrás que son increíbles y aquí distamos mucho de poder lograrlas”, explicó el investigador.

El especialista advirtió que si bien esta contaminación no es nueva, no hay estudios que permitan sacar conclusiones de cuál es la situación actual comparada con otras épocas porque los primeros estudios no tienen más de diez años. 

En tanto, las investigaciones de 2021 y 2022 están centradas en los microplásticos. “En las playas uno ve residuos de mayor tamaño que son los macro residuos. Entonces hay un componente que los investigadores pasamos por alto  que es tan preocupante como los microplásticos que afectan de forma negativa aunque son más difíciles de remover del espacio costero”. 

Mar del Plata exporta basura 

La problemática recrudece en las temporadas y con las grandes lluvias “cuando los temporales vomitan toneladas de residuos en las playas. Entonces empiezan las alarmas en los medios de comunicación y no hay muchas respuestas de parte de agencias del estado”. 

Hay arroyos entubados como el del Puerto que desemboca en un sector que no es de uso público y pasa desapercibido para la mayoría de los ciudadanos y hay lugares en que la contaminación se hace evidente como las playas de Constitución. “Allí está el desagüe más grande. Con las lluvias, hay un montón de residuos en playas casi siempre al norte del pluvial producto de la deriva de la costa que es de sur a norte”.

“Cuando trabajamos en municipios aledaños como el partido de Mar Chiquita y más arriba, expresan la preocupación de que Mar del Plata exporta residuos. Muchos de ellos tienen flotabilidad como el plástico y la deriva los empuja hacia el norte”, dijo.

Las mallas de contención y las obras que podrían desarrollarse 

Hay vecinos que recuerdan que antes, en los desagües de la costa, había mallas que contenían a los residuos. En 2016 se aprobó una ordenanza para que OSSE “colocara mallas de contención de residuos sólidos urbanos en desagües pluviales que desembocasen en el mar”. Pero la empresa estatal, “con algún tipo de asesoría del área de Recursos Hídricos de la provincia sostiene que es  impracticable con argumentos como el gran caudal de agua y el volumen de residuos, entre otros”. 

En cuanto a esas redes, Seco Pon consideró que “con una frecuencia de limpieza que tenga cierta regularidad, las mallas deberían funcionar. Porque, si se ejerciese una limpieza periódica, el volumen y el tamaño de los residuos que finalmente llegasen al pluvial que desemboca en la costa sería menor. Podrían ser efectivas: no sería una utopía si no una cuestión de entender con qué regularidad es necesaria la limpieza”.   

El científico, quien además es uno de los autores y editor del libro “Los residuos antropogénicos en la zona marino–costera de Argentina”, aclaró que son paliativos. “Las redes retienen una  parte y expulsan residuos pequeños”. 

Otro de los problemas es que “al haber más gente, hay más volumen de basura y el sistema subterráneo de desagües no estuvo diseñado para la evacuación de los grandes volúmenes de residuos que hoy existen”, dijo y afirmó que “habría que levantar la ciudad y crear tuberías más grandes”. 

“Esa es una obra de ingeniería que a los políticos les resulta ilógica.  Por eso hay un discurso de imposibilidad aunque no es imposible; es impensado que en un turno de gobierno alguien levante la ciudad e incremente los diámetros de desagües para que discurran los residuos de grandes volúmenes que terminan tapando mallas de contención o caños que reducen su diámetro cuando desembocan en la costa”, señaló.

basura playa

Además, hay alternativas. “En vez de agrandar los diámetros de las tuberías, se podrían implementar cámaras trampa. En secciones de las cañerías, se pueden entrampar residuos de gran tamaño en pos de que no taponen. Son obras que se han hecho en ciudades Sudáfrica o Alemania y que implican una limpieza periódica”.

Ese mantenimiento es el mismo que debe haber en los tachos de basura o contenedores públicos. “Uno podría pensar que a mayor número de tachos dispuestos estratégicamente a lo largo y ancho del partido deberían reducir la basura en la costa y el resto de la ciudad. Pero si no hay una limpieza frecuente, la gente ve basura y vuelca sus residuos. Entonces se transforman en puntos sucios y se generan micro basurales”. 

Más participación 

El científico planteó que a la hora de discutir obras “tendría que haber una ventana de tiempo para que la población pueda expresarse tal como ocurrió con otros procesos como la exploración sísmica en el mar” y lamentó que en esta problemática sean tan pocos los ciudadanos y los representantes de la sociedad civil que se manifiestan.

Al ser consultado sobre los resultados de la mesa de trabajo que se formó en el Concejo, Seco Pon valoró que OSSE sea una empresa pública y al mismo tiempo dijo que “no permite un proceso de participación ciudadana que a mi juicio sería mucho más saludable. Esta temática también depende de Hidráulica (N de la R: Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas) de la provincia de Buenos Aires así que también debería ser abordada por el gobierno provincial”. 

No obstante, observó que los gobiernos piensan en acciones aisladas. Por ejemplo: “Si hay una acción concreta para la erosión costera, no está asociada a los efectos del cambio climático, al aumento del nivel del mar o al tratamiento de los residuos. Son acciones aisladas que no contemplan los efectos sinérgicos. Para poder trabajar en un escenario de efectos sinérgicos, uno tiene que tener información de cada de uno de ellos. A mi juicio, aún no existe este nivel de pensamiento instalado en los tomadores de decisiones”. 

También hay mucha falta de información. “No sabemos cuánta basura hay, por dónde llega, cómo interactúa con el ser humano. No hay datos y los pocos que se vienen produciendo son de la comunidad científica. Además, faltan políticas que promuevan información e interés del municipio, que se asocie con académicos y organizaciones para generar información”.

Hay que mostrar qué se hace con los residuos 

La política de la municipalidad es pedirle a la gente que no arroje basura y que separe residuos. ¿Qué más se podría  hacer? Seco Pon citó un estudio de la facultad de Ingeniería que determinó que en la bolsa negra se arroja un ochenta por ciento de basura orgánica. “Eso debería ir a un compostaje o habría que generar un programa de reducción de residuos orgánicos”. 

“La otra fracción es inorgánica entonces se deberían incrementar los puntos verdes para que  sea dispuesta de manera más estratégica. Está excelente la campaña de separación en origen pero a nadie le consta que sea efectiva. Debería haber una comunicación más transparente y constante de la eficiencia de estos programas a nivel municipal donde se muestre que no sólo las plantas de separación son efectivas sino qué trazabilidad se les da a esos residuos, qué se hace con ellos”, ahondó. 

Medidas que no tienen costo 

Otra medida es penalizar las malas acciones. “Respecto de la basura marina no hay penalización. En otros países lo hacen y, cuando se toca el bolsillo, el cambio conductual puede suceder más rápido”. 

Además, Seco Pon tomó como ejemplo a la ley de Etiquetado Frontal y propuso una normativa similar para el plástico, los envases, el vidrio, el aluminio y el metal. “El consumidor debería contar con información sencilla de que son potenciales residuos y de qué podría hacer con ellos. Hoy solo existe el número con la categoría del plástico y no todo el mundo sabe qué significa”. 


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