Tomás Hogan

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Noticias de Regionales. Tomás Hogan

El pulso electoral sigue marcado por los vaivenes de un calendario electoral fragmentado que nos permite conocer cómo va erigiéndose la estructura de gobernadores de las distintas provincias argentinas.
Mientras tanto, la reciente reafirmación de Sergio Massa como candidato a Presidente de la República, puso en vilo a distintos analistas que no hacen más que hacer cuentas de predicciones entre los dos candidatos con mayores posibilidades de acceder al sillón de Rivadavia. Así, el kirchnerismo apuesta a la polarización con Macri, que se plegó a esta estrategia, intentando dejar de lado a Massa quien les resulta incómodo en la puja presidencial ya que es el candidato que representa al peronismo, sin cerrarle la puerta a otros sectores, con fuerza de votos en la Provincia de Buenos Aires, además de contar con equipos técnicos reconocidos, contar sus propuestas y definirse como el cambio justo al modelo actual.
Es así como tanto Scioli como Macri refuerzan sus campañas con extraordinarias erogaciones de los presupuestos públicos, o sea con el dinero de todos se esfuerzan por mostrar una realidad de gestiones que se alejan de la realidad. Claro está que ni la Provincia de Buenos Aires ni la Ciudad Autónoma son referencias de gestiones exitosas. Aunque en el caso de Macri deberíamos saber claramente cuál es el modelo de ciudad que piensa para Buenos Aires y hacia quién se dirige porque ha realizado obras “que se ven” pero ha dejado de prestarle atención a cuestiones que necesitan la atención del Jefe de Gobierno como la Salud y la Educación, como también la realización de obras de infraestructura necesarias para barrios postergados. Además, de no hacer nada con las cuantiosas villas que crecen exponencialmente en la Capital brindando problemas a los vecinos de los barrios porteños y subsimiendo a condiciones miserables a sus habitantes.
Para quienes vivimos en la Provincia conocemos claramente la mala administración de Scioli, que ha dejado a la salud, la educación y las rutas a la buena de Dios, con un déficit tremendo, dejando en claro que la principal inversión de Scioli es la publicidad.
Más allá de esto, las fórmulas comienzan a establecerse y el episodio que se desató con el FPV y la abrupta salida de Randazzo del escenario electoral y la llegada del Chino Zanini para reforzar el sello kirchnerista del motonauta da a entender que Cristina Fernández piensa acentuar el control sobre Scioli, tanto en la campaña como en el incierto futuro que le espera, eso sí, con Zanini como número dos no hacen más que alejarse del peronismo, poniendo en primer plano al monje negro de los Kirchner, un hombre de formación maoísta (de ahí su apodo) y un antiperonista definido. Ahora ante el dilema de necesitar el voto del PJ para ganar las elecciones tendrá que disfrazarse de justicialista para seducir a un electorado mayoritariamente peronista.


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