Textilana enferma a los trabajadores y los despide

Así funciona el acoso y la persecución en la empresa.
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Las condiciones laborales de los empleados de Textilana cada vez son más precarias. Las operarias sufren enfermedades profesionales y psiquiátricas debido al modo de producción que adoptó la empresa. Una firma que respondió con persecución, acoso y despidos. 

La titular de la Comisión Interna de Textilana, María Demateis, recordó que Textilana, más conocida como Mauro Sergio, una fábrica de indumentaria de más de 40 años no permitía que los empleados eligieran delegados gremiales. Entonces hace solo siete años que pudieron conformar una comisión interna. “Venimos denunciando enfermedades profesionales por los ritmos de producción. Sobre todo, en las mujeres que somos las que hacemos la confección, trabajamos en las máquinas overlock, rectas, remalladoras”. 

Las condiciones de trabajo en la fábrica, donde las jornadas van de 6 a 15 horas de lunes a viernes, empeoraron hace algunos años cuando adoptaron el “toyotismo”. La delegada indicó que ese sistema “es la producción cronometrada. Cada tarea está medida en tiempo y las cantidades que exigen son altas”.

Dos mujeres se ubican detrás del empelado con un cronómetro, se fijan cuánto tarda en hacer tu tarea durante un lapso de tiempo y sacan un promedio. Se trata de una modalidad que “han puesto de prepo” entre 2019 y 2020, que no corresponde al convenio colectivo y si bien la Comisión lo ha denunciado, incluso en el Ministerio de Trabajo, nadie da una respuesta. “Es un sistema que lleva a una tensión tan grave a los trabajadores que no solo trae problemas físicos sino psíquicos”. 

Antes, el trabajo estaba dividido: una persona pegaba el hombro de la prenda, otra el costado, otra los cuellos y otra hacía las terminaciones. “Estabas todo el día haciendo lo mismo y no exigían una cantidad aunque había un premio a la producción y cuanto más hacías más ganabas”. 

Ahora funciona con celdas, grupos de tres o cuatro personas que tienen que confeccionar la prenda completa. “Te piden 400 prendas terminadas en el día y durante un período tenes que remallar, otro poner el cuello, otro hacer terminaciones y eso genera también un desgaste entre las compañeras. A la que tiene que ir al baño más de una vez ya le tiran la bronca porque se retrasa la producción”. 

La exigencia es de acuerdo al sector. Por ejemplo: las trabajadoras que hacen el doblado final –toman las prendas que salen de la plancha, sacan algunas hilachas, la doblan y embolsan– les piden “1500 o 2000 prendas por día. No pueden hacer otra cosa”. 

Acoso, persecución y enfermedades 

Cuando las trabajadoras no cumplen con lo exigido empieza el acoso y la persecución. “primero las aperciben, si no llegan las suspenden y las despiden con causa. Casi todas estamos con desgarros en los brazos, tendones cortados, hernias de disco, problemas cervicales. Todo producto del trabajo repetitivo”.

Muchas compañeras ante esta situación entran en una depresión o en un estado de angustia severa. Han tenido que recurrir a carpetas psiquiátricas y la empresa las termina despidiendo, no pagándoles el tratamiento y se termina en la ART”, dijo. 

“A una compañera que terminó con carpeta psiquiátrica le traían unas prendas. Ella no llegaba. La suspendían tres días y le guardaban esas prendas para cuando volvía. Otra vez no llegaba y la volvían a suspender. Ellos ya sabían que no iba a poder y a cada rato viene la encargada a decirte que tenes que llegar a la producción. Así hasta que te enfermas”, detalló.

Despidos y aumento de producción 

Demateis sostuvo que textilana Mauro Sergio no recibía los certificados médicos. Si se los mandaban por carta documento tampoco y si se los entregaba ella como delegada no lo firmaban y después decían que se había extraviado. Así pudieron despedir con causa a muchas trabajadoras porque no estaba justificada la ausencia. 

La planta “se ha reducido a la mitad. Cuando empezó la pandemia éramos 500 y quedamos 270. Compañera o compañero que presentaba carpeta psiquiátrica por esta situación, lo despedían con causa. Inclusive con la carpeta vigente. Por eso se iniciaron varios juicios”. 

No obstante, por el sistema que utiliza la empresa, los niveles de producción se mantuvieron y hasta se incrementaron y por más que las denuncias crecieron, no hubo respuestas. “Hace siete años venimos denunciando. Supuestamente, el ministerio de Trabajo de la provincia tiene como política armar comités de seguridad e higiene donde participan delegados con directivos de la empresa. Pero Textilana se niega y el ministerio no toma cartas en el asunto”.

“La ART responde con los límites que tiene. Brinda tratamiento primario, da sesiones de kinesiología y te manda a trabajar. En algunos casos producen la recalificación laboral (N de la R: cuando las lesiones le impiden al trabajador hacer la tarea asignada) y eso le da a la empresa la posibilidad de despedirte con mitad de la indemnización”, indicó. 

 


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