Hallaron agroquímicos en placentas humanas
Fue a través de un estudio del CONICET. Algunos de los compuestos detectados llevan décadas prohibidos.
La presencia de agroquímicos en el agua de zonas de Mar del Plata como Playa Serena, Sierra de los Padres, El Marquesado y en la lluvia de Félix U Camet, son muestras de que los compuestos persisten en el ambiente. Por eso, los vecinos y vecinas han reclamado sin que haya una respuesta de los organismos de control de la municipalidad y de la provincia. Sin que ni siquiera se respete la resolución de la Suprema Corte de Justicia del año 2014 que prohíbe fumigar a menos de mil metros de centros urbanos.
Más allá de que científicos de todo el mundo han estudiado y advertido que estos compuestos pueden generar cáncer, malformaciones, enfermedades respiratorias y digestivas, entre otras patologías, poco se ha estudiado el impacto que están causando en la salud de las poblaciones más expuestas tanto en Mar del Plata como en el resto del país.
En un estudio piloto, investigadoras del CONICET detectaron plaguicidas en placentas de mujeres en la Patagonia Norte. La investigación fue de Paola Ondarza y Karina Miglioranza, ambas del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Universidad Nacional de Mar del Plata; Pique Rodríguez y Natalia Guiñazú del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue (CITAAC, CONICET-UNComa) y Celeste Muntaner de la Facultad de Medicina de la Universidad del Comahue.
El estudio, que publicaron en la revista científica Salud Ambiental, fue sobre veinte mujeres. Diez de la ciudad de Neuquén y diez de los poblados rurales Plottier, Centenario, Cinco Saltos y Contralmirante Cordero. Los especialistas analizaron la presencia de plaguicidas organoclorados prohibidos (POCs) y plaguicidas de uso actual (PUA) presentes en sus placentas y determinaron los niveles de cada uno de ellos.
En todas hallaron residuos de entre seis y once plaguicidas de los quince que detectaron en total. Además, evaluaron el índice ponderal de los neonatos, que relaciona los valores de peso y longitud al nacer y hallaron una relación negativa entre los parámetros antropométricos y la concentración de plaguicidas de la familia de los POCs aunque el estado nutricional y crecimiento de los neonatos era normal.
Los Plaguicidas Organoclorados son insecticidas cuyo uso está prohibido desde finales de los ´90 en Argentina. Sin embargo, debido a la persistencia y tiempo de vida en el ambiente, que puede alcanzar años y hasta décadas dependiendo de las condiciones ambientales, aún son encontrados en distintas matrices tales como suelos y biota.
Los resultados muestran que las mujeres residentes en Patagonia Norte están expuestas a plaguicidas, principalmente por vía ambiental, y en menor medida consumo de alimentos.
Prohibidos hace décadas
A pesar de que los plaguicidas organoclorados están prohibidos en el país hace décadas, la concentración que observaron fue varias veces superior a lo reportado en países como España, China y Tanzania donde se sigue usando contra la malaria. Por eso, la investigadora Paola Ondarza consideró que “la aplicación histórica de los Plaguicidas Organoclorados en nuestro país fue intensa”.
Ondarza indicó que el hallazgo se debe a la persistencia y tiempo de vida en el ambiente de estos agroquímicos. “Registramos principalmente residuos de los metabolitos de este tipo de plaguicidas lo cual indica que no hay aplicación actual, sino que sus niveles se asocian a la persistencia y estabilidad de las moléculas”.
El agroquímico que más hallaron fue clorpirifos que se detectó en el 95% de las muestras y su concentración fue mayor a la encontrada en placentas de mujeres que viven en España. El compuesto, al igual que la triflularina y el clorotalonil, estaba permitido en 2017 y 2018 cuando se desarrolló la investigación.
Además, ese tipo de plaguicidas fueron los más cuantiosos en las muestras ya que representaron el 98 y el 72% de los niveles totales de agroquímicos presentes en las placentas de mujeres rurales y urbanas, respectivamente.
Ondarza aclaró que “a partir de diciembre del 2022, el uso agrícola, urbano y doméstico de este insecticida se encuentra prohibido en nuestro país”.
A su vez, la investigadora se refirió a las consecuencias de la presencia de los plaguicidas. “El ambiente intrauterino se considera el primer escenario de exposición a diferentes químicos en la vida por la elevada transferencia de sustancias a través de la placenta. Sobre todo, compuestos que tienen afinidad por los lípidos como los insecticidas estudiados en este trabajo y por la vulnerabilidad de los fetos que no cuentan con un sistema de defensa maduro que pueda eliminar y/o degradar los compuestos. Existen antecedentes en la bibliografía internacional que relacionan la presencia de este tipo de compuestos con desbalances hormonales, ya que actúan como disruptores endócrinos, como así también con daño a nivel genético y déficit del desarrollo cognitivo.”
En el país no abundan los estudios de este tipo. “El trabajo pretende incrementar el conocimiento de la situación socio-ambiental que presenta la zona de estudio y que sea utilizado como herramienta para intentar reducir la exposición de poblaciones vulnerables a estos compuestos. Continuaremos trabajando para preservar la salud de las personas, incluyendo otros agroquímicos en el estudio y, de ser posible, otras poblaciones. Sería ideal repensar las formas de producción de alimentos, intentar gradualmente cambiarlas para reducir la exposición a agroquímicos”, señaló Ondarza.
En Mar del Plata, el uso de agroquímicos lleva décadas. Al ser consultada sobre si la zona donde se desarrolló la investigación puede compararse con la ciudad, respondió: “No puede realizarse una extrapolación directa entre ambas zonas ya que se diferencian en condiciones climáticas, tipo de producción agrícola y superficie cultivada. Sería necesario realizar un estudio similar en el mismo tejido para realizar comparaciones de ese tipo”.
¿Por qué no se desarrollan este tipo de estudios en Mar del Plata?
Este trabajo es uno de los primeros estudios en su clase realizados en nuestro país, donde se pretende incrementar el conocimiento de la situación socio-ambiental que presenta la zona de estudio y que sea utilizado como herramienta para intentar reducir la exposición de poblaciones vulnerables a estos compuestos. En el futuro y luego de obtener los permisos necesarios, el estudio podría desarrollarse en la zona.