Homenaje a las Mujeres de los Comedores Comunitarios en el Santuario de la Virgen de Caacupé
El Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Oscar Ojea, celebró una misa en La Matanza reconociendo el trabajo de las mujeres que sostienen los comedores comunitarios.
En la jornada de ayer, el Santuario de la Virgen de Caacupé y San Blas en La Matanza fue escenario de una emotiva misa en homenaje a las mujeres que trabajan en los comedores comunitarios de todo el país. La ceremonia, presidida por Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, contó con la participación de destacados miembros de la Iglesia y una gran concurrencia de fieles.
El evento comenzó con un cálido discurso de bienvenida del Obispo de San Justo, Monseñor Eduardo García, quien agradeció la presencia de todos y subrayó la importancia del trabajo comunitario en una región frecuentemente castigada por la falta de servicios básicos y la ausencia del Estado. "El fuego calienta desde abajo, las cosas grandes vienen desde los pequeños gestos", destacó Monseñor García, en referencia a las mujeres homenajeadas que día a día ofrecen su vida en los comedores comunitarios.
Durante la homilía, Monseñor Ojea expresó el orgullo de la Iglesia por el trabajo de sus comunidades en los barrios, el papel fundamental de Cáritas y los Hogares de Cristo en la lucha contra el flagelo de la droga. "Es la buena noticia de que pude salir gracias a la comunidad", afirmó, destacando el testimonio pascual de aquellos que han logrado redescubrir la vida a través del apoyo comunitario.
Ojea también subrayó la necesidad de un esfuerzo continuo para no entregar los barrios al narcotráfico, enfatizando que la comunidad debe asumir su responsabilidad para combatir este problema. "Hay tanto que hacer, tanto que trabajar, cada uno tiene que mirar su responsabilidad", instó.
La misa rindió homenaje a las cocineras que, durante la pandemia, alimentaron a cientos de miles de personas y que continúan al frente de los comedores comunitarios en todo el país. Monseñor Ojea y los demás obispos concelebrantes bendijeron las manos y la vida de estas mujeres, quienes recibieron una banda con los colores de la bandera argentina como símbolo de unidad y hermandad.
La ceremonia contó con la presencia de obispos como Monseñor Juan José Chaparro y su auxiliar Monseñor Oscar Eduardo Miñarro, Monseñor Marcelo Julián Margni, Monseñor Jorge Torres Carbonell, y Monseñor Gustavo Carrara, así como más de 40 presbíteros del Equipo de Sacerdotes que trabajan en villas y barrios populares.
Además del homenaje, se enfatizó la necesidad urgente de un plan nacional alimentario que garantice la llegada de comida a todas las familias argentinas que lo necesiten. La oración durante la misa estuvo dedicada a la unidad y a la vida, rezando por todos los argentinos y argentinas en situación de necesidad.
Similares misas se celebran en diversas partes de Argentina, como en La Banda, Santiago del Estero, a cargo del Padre José María “Pepe” Di Paola; en la Ciudad de Córdoba, celebrada por el Cardenal Ángel Rossi; y en Mar del Plata, presidida por Monseñor Ernesto Giobando, todos rezando por las mismas intenciones de unidad, vida y apoyo a los necesitados.