Industria aceitera argentina crecerá 37% en 2024 pese a desafíos climáticos

En 2024, la industria aceitera argentina proyecta un crecimiento significativo en su actividad, luego de un 2023 marcado por la peor sequía en 60 años. Con la capacidad ociosa en niveles récord el año pasado, el procesamiento de oleaginosas, especialmente de soja, espera cerrar este año con un incremento del 37%, pasando de procesar 42 millones de toneladas. Este repunte contrasta con la caída del 54% de capacidad ociosa registrada en 2023, que se reducirá al 36% para finales de 2024, según da cuenta la Bolsa de Rosario.

Uno de los motores principales de esta recuperación es el incremento en el procesamiento de soja, que se proyecta aumente un 44% este año, alcanzando las 39 millones de toneladas. Este crecimiento viene impulsado tanto por una mayor producción interna como por la continuación de importaciones récord de soja. Durante 2023, Argentina triplicó las importaciones de soja, alcanzando los 10 millones de toneladas, principalmente desde Paraguay y Brasil, lo que ayudó a mitigar los efectos de la sequía en la capacidad productiva de la industria aceitera.

De no haberse registrado estas importaciones, la capacidad ociosa habría alcanzado un alarmante 69%. Sin embargo, con la reactivación productiva de este año, se espera que las importaciones continúen jugando un rol clave, y se prevé que 2024 cierre con uno de los mayores volúmenes de importaciones de soja de la historia, lo que mantendrá la capacidad ociosa bajo control, alrededor del 47%.

En el caso del girasol, la historia es distinta. Aunque la cosecha del 2022/23 fue la más alta en más de dos décadas, con un crush histórico que colocó al girasol como uno de los pilares de la industria durante 2023, para 2024 se espera una caída en el procesamiento del 12%, cerrando el año con 3,4 millones de toneladas procesadas. Este descenso refleja un ajuste en la producción a medida que el foco de la industria vuelve a la soja, aprovechando la mejora en las condiciones climáticas y productivas.

El 2024 marca una recuperación sólida para la industria aceitera argentina, que retorna a niveles de actividad más alineados con los promedios históricos. A pesar de los desafíos, la capacidad ociosa del sector volverá a ubicarse en un nivel más manejable del 36%, impulsada por el aumento en el procesamiento de soja y la persistencia de importaciones estratégicas