Desarrollan biofertilizante editado que mejora la productividad de soja en un 6 por ciento
Investigadores del INTA y aliados internacionales lograron editar genéticamente rizobios, aumentando un 6 % la productividad de soja y reduciendo los costos de fertilización, sin introducir ADN foráneo.

Un equipo internacional de científicos, liderado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), logró editar genéticamente rizobios utilizados como biofertilizantes. Esta innovación permitirá incrementar la productividad de la soja en un 6 % y optimizar la fijación biológica de nitrógeno, vital para la salud del suelo.
La investigación, que contó con la colaboración de laboratorios de Argentina, Uruguay, Chile, Colombia y España, recibió financiamiento del Programa Nacional de Biotecnología del INTA y Fontagro. La edición se realizó con tecnología CRISPR/Cas9, garantizando precisión sin incorporar ADN extraño, lo que permite clasificar estos microorganismos como no-OGM, facilitando su comercialización en países como Argentina, Brasil, Estados Unidos y China.
Según explicó Nicolás Ayub, investigador principal del CONICET e integrante del IABIMO del INTA, el trabajo se centró inicialmente en cepas comerciales como E109 (Argentina) y SEMIA5079 (Brasil). La metodología consistió en introducir un plásmido con el sistema CRISPR/Cas9 y una guía específica (sgRNA) para editar el genoma de los rizobios, eliminando posteriormente el plásmido para asegurar la ausencia de transgenes.
"Los nuevos inoculantes optimizados no contienen ADN foráneo, lo que maximiza los beneficios económicos y ambientales", aseguró Ayub.
Este avance permitirá no solo aumentar el rendimiento de la soja, sino también reducir hasta un 10 % los costos de fertilización en rotaciones con cultivos como el maíz y el trigo.
Próximos pasos: validación y transferencia al sector productivo
Silvina Brambilla, co-directora técnica del proyecto, remarcó que ahora el desafío es validar estos rizobios editados en distintas regiones productivas del país. Además, se está trabajando en generar la documentación necesaria para la evaluación de equivalencia por parte de CONABIA, organismo encargado de la regulación de biotecnologías en Argentina.
"Una vez cumplidas las fases técnicas y regulatorias, podremos transferir esta tecnología al sector agropecuario, potenciando la sustentabilidad de la producción," puntualizó Brambilla.