Retroceso de la chicharrita mejora el panorama para el maíz temprano

El tercer informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis muestra una caída significativa en las poblaciones de chicharrita, beneficiando las siembras tempranas de maíz en el NOA y Centro Norte del país.
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El tercer informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis ha revelado noticias positivas para los productores de maíz. Las trampas cromáticas adhesivas instaladas en 387 localidades mostraron una disminución en las poblaciones de la chicharrita, principalmente en las zonas más afectadas como el NOA y el Centro Norte del país.

Federico Zerboni, presidente de Maizar, explicó que las temperaturas invernales fueron clave para la reducción de la población de chicharrita, debido a la ausencia de maíz guacho y sembrado, lo que impidió que la plaga encontrara alimento. "Este panorama es inmejorable para las siembras tempranas, ya que no vemos riesgos significativos. Las temperaturas actuales no favorecen la reproducción de la especie", destacó Zerboni.

Además, resaltó que esta situación también es positiva para las siembras tardías, aunque insistió en la importancia de eliminar los maíces guachos para evitar que la situación se revierta.

Monitoreo en toda la región

El informe, que abarcó un período del 19 de agosto al 3 de septiembre, incluyó 77 localidades del NOA, 65 del NEA, 29 del Litoral, 79 del Centro Norte, y 137 del Centro Sur de Argentina, además de 10 sitios en Uruguay. Se espera que los próximos informes, publicados cada quince días, logren completar el monitoreo en 450 localidades.

El estudio señaló que la oscilación térmica característica del periodo también influyó en la reducción de la población de Dalbulus maidis, que se encontraba en su última fase de vida. Los adultos de esta plaga tienen un ciclo de vida de 90 días, por lo que su número continuará disminuyendo, siempre que no encuentren refugio o maíz para alimentarse.

Aunque la situación es prometedora, las precipitaciones recientes en algunas regiones podrían generar la aparición de maíces voluntarios, lo que incrementaría el riesgo de una nueva proliferación de la plaga. El informe sugiere intensificar el monitoreo y la eliminación de estos maíces guachos, un paso fundamental para prevenir el desarrollo de la chicharrita y el complejo de patógenos que causan el achaparramiento del maíz.


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