Otro paso hacia el vaciamiento de la cultura

Fue el concepto de los agentes de la Cultura local que se expresaron contra la fusión del área con el EMTUR. El fracaso en los últimos ocho años de gestión y las acusaciones a Guillermo Montenegro.
Noticias de Mar del Plata. Otro paso hacia el vaciamiento de la cultura

En la última sesión del Concejo Deliberante hubo nueve bancas 25. Nueve personas que se refirieron a la fusión de la secretaría de Cultura con el Ente Municipal de Turismo. Voces relacionadas con el teatro, el sistema de bibliotecas, la danza, la plástica, las artesanías y hasta ex funcionarios. 

Ninguna se mostró de acuerdo con la medida. Exigieron al Intendente Guillermo Montenegro que eleve el decreto al Concejo Deliberante tal como establece la ley, denuncioaron el vaciamiento y coincidieron en que el fracaso de la gestión de la cultura local marca una línea de continuidad entre el gobierno de Carlos Arroyo y el actual. 

El ex secretario de Cultura Nino Ramella, fue el primer expositor. “Estamos en una situación de crisis y hay que conectar la dimensión de la política cultural con lo que está pasando en la sociedad. El 40% de la población argentina vive bajo el nivel de la pobreza. Esa es la verdadera grieta que nosotros debemos enfrentar. La grieta social”, indicó. 

Entonces se preguntó qué puede hacer la cultura y respondió: “Uno de los temas que preocupa a la gente es la inseguridad. La palabra antónima de inseguridad es convivencia. Y la convivencia no es un producto de la naturaleza, es una actuación cultural”. 

Ramella sostuvo que debe haber un proyecto que establezca prioridades y se conozca a la perfección “para que la gente sepa quién es el destinatario, para transmitir a la red de unidades de gestión que tiene Cultura hacia dónde va a ir, para poder transmitir esa mística a los agentes municipales que son los que trabajan en la trinchera de ese lugar”, señaló”. 

Más allá de eso, Ramella calificó al decreto como “trasnochado”. “Pretende la reducción de los costos ¿Saben lo que es costoso? Lo que es costoso es que no haya gestión. Eso sí cuesta ¿Qué pensamos ahorrar? ¿Tres, cuatro sueldos en una planta municipal que tiene ocho mil personas?”. 

También recordó que ya hubo una experiencia en la que se unificó Turismo con Cultura. “Fue pésima, fue un fracaso. Este es un decreto que surge de la ignorancia y también de la especulación oportunista electoral. Ignorancia porque se desconoce la dimensión de lo cultural. Y oportunista porque trata de conectar con esta corriente mayoritaria del desguace del Estado”.

“Están enterrando una herramienta de transformación social formidable”, dijo y el secretario del Concejo Deliberante lo interrumpió: el tiempo se había acabado. Ramella solicitó dos minutos más pero no hubo caso. Según el reglamento, las alocuciones de la banca 25 no pueden extenderse por más de cinco minutos y, ya se sabe, los concejales no hacen excepciones salvo que quien les hable se refiera a una torre. Una torre frente al mar.  

La cultura no se reduce a la realización de espectáculos  

La artista plástica Stella Maris Privato se preguntó cuál es el motor que llevó a la decisión de unificar estas áreas y contestó: “Si, en el mejor de los casos, corresponde a la estrategia de una política cultural, ¿por qué se tomó el camino de imponer por decreto, en lugar de plantearlo desde un proyecto participativo, contando con los agentes culturales y organizaciones involucradas?”. 

La artista advirtió que el Consejo Municipal de Cultura, una herramienta creada en 2003, pudo haber evitado que se llegue a esta situación pero está inactivo sin que nadie explique por qué. 

La medida del gobierno de Montenegro “genera confusión y promete resultados improbables”, dijo y agregó: “Promover cultura no se reduce a la realización de espectáculos y eventos masivos ni al armado de un cronograma de actividades artísticas. Consideramos un retroceso que la Secretaría de Cultura pierda su autonomía, limitándose a satisfacer demandas prevalentes de turismo o de producción”. 

Que el Intendente cumpla la ley 

Viviana Ruiz, trabajadora del teatro e integrante del equipo de gestión del Séptimo Fuego, que pertenece a la red de salas independientes de General Pueyrredon, exigió que el gobierno local eleve el decreto al Concejo Deliberante para que sea refrendado “como indica la Ley de Municipalidades”.

El espacio que integra Ruiz reúne a más de 25 salas de toda la ciudad que trabajan de manera autogestiva y autónoma y desarrollan actividades los 365 días del año para toda la comunidad. Por eso conocen y denuncian que hace ocho años la ciudad vive “el mayor vaciamiento cultural. Desde programas socioculturales barriales, las salas del Osvaldo Soriano, el abandono de las bibliotecas municipales y la falta de fomento a la actividad”.

Además, la trabajadora del teatro dejó en claro que la verdadera intención de la intendencia es desentenderse de la cultura y adelantó que los colectivos culturales nucleados en asamblea permanente no se sumarán a la convocatoria que hizo el municipio a espectáculos y artistas para presentarse en la próxima temporada. 

Las bibliotecas son cultura, no turismo 

En nombre de los bibliotecarios y bibliotecarias municipales, tomó la palabra Ana Villasanti, quien remarcó que “las bibliotecas son la cultura viva, cotidiana y descentralizada en todos los rincones de la ciudad, no solo donde llega el turista. Son el espacio, donde la comunidad se encuentra con otras y otros, se escuchan todas las voces, se comparten crean y creen en sus sueños, proyectan el futuro a partir de la palabra, la lectura y el arte”.

Hace 60 años que las bibliotecas forman parte de los barrios de Mar del Playa y los problemas que tienen no se solucionan con un cambio administrativo ni con precarización. “Requieren de políticas públicas de cultura, políticas públicas bibliotecológicas y crecimiento de la planta de personal calificada y las condiciones laborales que corresponden”, dijo la representante de este gremio y denunció que faltan 44 cargos y que un bibliotecario gana un sueldo de 130 mil pesos.

“La cultura no tiene temporadas altas ni bajas. La vemos todos los días en todos los barrios y abierta a toda la comunidad. La vemos todos los días en las bibliotecas. Las bibliotecas somos la cultura, no somos el turismo”, describió.

Se generó la sensación de que no se pierde nada 

La trabajadora de la Danza, Juliana Lizardo Villafañe quien además es coordinadora del Movimiento Federal de Danza Región Buenos Aires, retomó la idea del vaciamiento de los últimos 8 años, que comenzó con la repudiada gestión de Silvana Rojas durante el gobierno de Carlos Arroyo. 

Villafañe sostuvo que en todo ese tiempo el área funcionó de manera “vergonzosa”. Así se generó “la sensación de que no perdemos nada y las condiciones para que hoy sea posible plantear esta eliminación”. 

Con números, la trabajadora describió a la actividad. Hay 150 estudios de danza en Mar del Plata y Batán que implican por lo menos 150 docentes y más de 150 mil estudiantes de danzas académicas y no académicas. A eso se suman compañías independientes que no cuentan con espacios en condiciones. Por ejemplo: “el Colon se cae a pedazos”. 

Injusticia en los barrios 

ATTRA, Asociación de Trabajadores de Teatro de la Región Atlántica, tuvo su voz en Leandro Agustín González quien destacó que “están pensando la cultura solo para el centro, como una mercancía turística”.

Tras destacar que es innegable que existen expresiones culturales propias de cada barrio de  Mar del Plata y Batán, el trabajador manifestó: “Nos parece injusto que nuestras pibas y nuestros pibes en los barrios no tengan el derecho de acceder a un acontecimiento artístico. Pero sobre todo que no tengan derecho a poner en juego sus subjetividades para poder crear y creer que lo que ellos viven todos los días también es cultura. Sus palabras, su lenguaje, sus modos, sus músicas, sus intereses y sus problemáticas, que son un montón y no les están dando respuestas”.

La desaparición 

“Es un plan orquestado para llevar a cabo la desaparición de la secretaría de cultura”, dijo la  fotógrafa y estudiante de teatro, Leticia Pastor, y se detuvo: “Desaparición, una palabra de resonancia nefasta en nuestra historia”. 

Fue la primera que, como parte del vaciamiento del área, recordó que “esta administración da la espalda a lo votado por este cuerpo, la ordenanza 21482 que pone en funcionamiento a la Comedia Municipal que fuera arrebatada por la dictadura”. 

“La cultura marplatense tiene identidad propia y requiere de una secretaría que defienda esa identidad”, cerró. 

Retroceso

Más tarde, se sentó en la banca Laura Romero, docente e investigadora de Gestión Cultural, quien también habló en representación de los graduados de esa carrera en la UNMDP. “La fusión significa un retroceso en términos de jerarquía y visibilidad en un área clave para el desarrollo humano”. 

Tras aclarar que la ciudad cuenta con egresados y egresadas de la gestión cultural, agentes hacedores y trabajadores de la cultura y ofrecer los conocimientos para evaluar acciones, apuntó: “Instamos al intendente a reflexionar sobre las soluciones que amerita la gestión del área de Cultura para que los errores políticos no deriven en acciones que deterioren el espacio de gestión y acarren conflictos de mayor envergadura”.

Exigiendo respeto 

Por su parte, Juan Francisco Rodríguez, artesano, coincidió con la denuncia del vaciamiento. “Es sistemático, con argumentos como no tener presupuesto o la ineficiencia”. 

Fueron los hombres y mujeres de la cultura los que han generado los cambios para que se restauren los sistemas democráticos en el mundo y a quienes se ha intentado desterrar, callar o desaparecer”, expresó. 

Rodríguez pidió: “No retrocedamos, no perdamos tiempo. Un hombre sin cultura es prácticamente un ente. Soy artesano. No debería estar acá exigiendo respeto”.

Y antes de concluir, tuvo un párrafo para “la actitud despótica del Intendente que ya aplicó la medida sin que haya pasado por el Concejo Deliberante” mientras espera conseguir una mayoría en las próximas elecciones: “¿Si ese no es un acto anti democrático como deberíamos llamarlo?”. 


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