La Marcha de la Esperanza celebró la Fe y la Beatificación de Pironio

En una manifestación conmovedora, miles de devotos se congregaron para la 50ª edición de la Marcha de la Esperanza, conocida como la Marcha de Oro, uniendo la Gruta de Lourdes con la Iglesia Catedral de Mar del Plata. Este año, la jornada estuvo marcada por homenajes especiales en honor a la Beatificación de Pironio, resonando alegres cánticos en honor a la Virgen y expresando gratitud por este acontecimiento trascendental.

Durante cinco décadas, los habitantes de Mar del Plata han recorrido las calles en estrecha comunión con la imagen de la Virgen. Adultos mayores, madres con sus pequeños en brazos, personas descalzas, familias enteras, sacerdotes y una multitud de jóvenes se unieron en la Marcha de la Esperanza 2023. Este año, el evento adquirió un matiz especial al dedicarse a la Beatificación del obispo Pironio, quien inició esta travesía espiritual en 1974 y será beatificado el próximo 16 de diciembre en Lujan.

Bajo el lema "Con María, misioneros en la esperanza", la peregrinación siguió su ruta tradicional, con paradas significativas en distintas parroquias. Desde la Parroquia San Antonio en Elpidio González 203, pasando por la Parroquia Jesús Obrero en Lisandro de la Torre 790, luego a la Parroquia San José en Matheu 3351, hasta llegar a la penúltima parada en la Asunción de la Santísima Virgen en Santa Fe 2973.

Los organizadores esperaban una participación sin precedentes, una expectativa que se vio claramente cumplida durante el emotivo "paso de la Virgen" a lo largo de la diagonal Lisandro de la Torre.

En un momento clave, la marcha se divide en dos, permitiendo que la imagen de la Virgen avance hasta el final para luego retornar y encabezar la peregrinación. Este momento se convierte en uno de los más conmovedores de la tarde, con miles de personas visiblemente emocionadas agitando pañuelos mientras entonan el canto "Virgen María pasa por aquí".

Además, miles de seguidores siguieron la transmisión a través de las radios y las redes del obispado, sumergiéndose intensamente en el relato que animaba a los peregrinos desde la Catedral. Algunos vecinos, con gestos de profunda devoción, saludaron el paso de la Virgen arrojando pétalos de rosas desde sus propios hogares. Fue una celebración colmada de alegría y color que avanzó con rumbo hacia la Catedral, iluminando cada rincón con su fervor.