Las personas trans acceden más a la salud aunque aún hay discriminación
El dato surgió de un estudio a nivel nacional. Los consultorios amigables como política determinante. Hay menos expulsión a los hogares y discriminación a la población trans masculina. El uso de aceite industrial sigue siendo problemático.
De las Encuestas Federales sobre condiciones de Vida y Salud de la comunidad LGBT se desprendió que nueve de cada diez entrevistados tuvieron acceso a consultas médicas, hay menos expulsión en los hogares pero el uso de aceite industrial continúa siendo un problema. El estudio reflejó la importancia de la Ley de Identidad de Género y de los consultorios amigables.
Las encuestas que alcanzaron a casi 1200 personas fueron un trabajo de cuatro universidades públicas nacionales como la de Mar del Plata, Buenos Aires, la del Centro, y la de José C Paz, 19 organizaciones y 10 Consultorios Amigables para la Diversidad Sexual (CADS). Un trabajo que se desarrolló en todo el país.
Melina Antoniucci, socióloga e integrante del Grupo de Estudios sobre Familia, Género y Subjetividades de la UNMDP, destacó el tamaño de la muestra y el carácter federal de este relevamiento que buscó la construcción de indicadores que dieran cuenta de los avances y desafíos en las condiciones de acceso a la salud.
La investigación se denominó “Hacia el diseño de políticas públicas de salud integral e inclusiva: relevamiento de indicadores socio sanitarios de la población travesti y trans de Argentina”. Antoniucci sostuvo que fue con el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. “Una herramienta que hoy se encuentra interrumpida por decisión del gobierno nacional”.
En total, 1196 personas respondieron el cuestionario mientras que para el análisis de resultados agruparon a las identidades en tres categorías feminidades trans (56%), masculinidades trans (25%) y otras identidades no cis (19%). Las preguntas fueron en torno a datos sociodemográficos, información general sobre el estado de salud, cuestiones relacionadas con salud trans específica y accesibilidad y usos de los servicios.
Más identidad y menos expulsión
Las mayores problemáticas las encontraron en Misiones, Corrientes y Chaco. “Allí fue mucho más difícil entrar. En la Patagonia vimos muchos avances. Primero porque hay muchas organizaciones de la diversidad trabajando en el territorio y porque se mantiene muy activa la política de los consultorios amigables que son espacios dentro del sistema público de salud donde hay médicos y médicas con capacitación en perspectiva de género. Eso hace que las personas trans se acerquen y accedan a la salud de forma integral”, explicó Antoniucci.
En términos de edad, la especialista sostuvo que hay diferencias entre quienes han realizado el proceso de transición de género antes y después de la sanción de la Ley de Identidad de Género. La mayor radica en que antes no estaban amparados por el derecho a la identidad. Quienes tuvieron acceso al DNI, tal como lo contempla la norma, acceden a muchos otros derechos que se desprenden de ese, el más primario.
El estudio determinó que hay menos expulsión de los hogares. Las familias acogen más a esas identidades y así garantizan derechos. Y si bien detectó discriminación a la población trans masculina, también dio cuenta de que acceden mejor a la salud cuando hacen procesos de hormonación. “No es fácil comprar testosterona por fuera del sistema de salud. Tiene que haber un dispositivo médico presente”, señaló la socióloga.
No obstante, indicó que hay complicaciones para acudir a controles ginecológicos. “Los varones trans que nacieron como mujeres tienen que hacerlos. Hay mucha dificultad para acceder por lo que implica que un varón entre a un consultorio ginecológico a hacerse un chequeo”.
El acceso a la salud
Entre los resultados, el 66% de los encuestados respondió haber buscado o tenido la necesidad de consultar por un tema de salud en los últimos 12 meses. Casi la totalidad, es decir 9 de cada 10, pudo concretar la consulta médica en un espacio de salud.
Quienes no pudieron hacerlo marcaron que la discriminación y los malos tratos continúan funcionando como las principales barreras. Las travestis y las feminidades trans que no estaban realizando terapias de reemplazo hormonal son quienes tuvieron más dificultades para el acceso.
Antes de la sanción de la Ley de Identidad de Género (LIG), los estudios demostraban que las personas trans, en especial mujeres trans y travestis no se hacían controles de salud periódicos por los malos tratos, la discriminación y los hostigamientos que recibían durante las consultas. Otra barrera era la falta de formación de profesionales con perspectiva de género.
El 56% contestó que alguna vez inició una modificación corporal hormonal. “Sin embargo, cuando se analiza en relación con la identidad de género, el porcentaje asciende al 67% entre las masculinidades trans y al 60% entre las feminidades trans, mientras que desciende al 24% entre las personas con otras identidades de género no cis”, explicó Antoniucci.
El 60% señaló que la primera terapia hormonal la realizó con acompañamiento médico. “Este dato refleja diferencias generacionales. Sólo un 21% de las personas mayores de 55 años tuvo ese acompañamiento, frente al 83% de quienes tenían entre 16 y 24 años”.
Hay un dato que es significativo en materia de prevención. “De los resultados generales se infiere que quienes acceden a terapias de hormonización a través del sistema de salud también lo hacen a controles de salud periódicos, y utilizan ese espacio para realizar otras consultas”.
El uso de aceites industriales sigue siendo un problema
Más allá de los avances en el acceso a la salud, el uso de siliconas líquidas y aceites industriales para modificar el cuerpo sigue siendo un problema entre las travestis y feminidades trans. La encuesta registró que el 67% ha recurrido a estos métodos en condiciones precarias y de manera casera.
Al mismo tiempo, más del 80% de las personas mayores de 55 años conviven y enfrentan las consecuencias no deseadas de esas prácticas. “Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan tiene que ver con la ausencia de técnicas médicas adecuadas y de investigaciones clínicas para la extracción de los materiales”.
La gran mayoría de los encuestados accede a la salud a través del sistema público. Sobre todo, mediante los CADS. Un dato que refleja “la importancia de mantener políticas públicas focalizadas e integrales dentro del sistema de salud que trabaje específicamente con población travesti trans, así como también la capacitación continua de profesionales con perspectiva de género”, dijo Antoniucci.
La socióloga valoró que la construcción de estas estadísticas es imprescindible para seguir pensando la implementación de políticas que disminuyan las desigualdades sociales. “Esos insumos los construimos también en las Universidades Públicas, en la articulación indispensable y necesaria con los colectivos travestis y trans que vienen trabajando en los territorios desde hace décadas”.