Buenas prácticas agrícolas en la producción de hortalizas para garantizar su inocuidad
Es esencial que los productores cuenten con la asistencia de profesionales capacitados y que se promueva la sostenibilidad ambiental en todas las etapas de producción, en línea con los objetivos de desarrollo sostenible.
En el marco del Día Mundial de la Horticultura, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) destaca la importancia de implementar buenas prácticas agrícolas (BPA) para asegurar la inocuidad de las hortalizas, desde su siembra hasta su comercialización.
Las BPA son fundamentales para garantizar que los procesos de producción de estos productos agropecuarios sean seguros, saludables y respetuosos con el medio ambiente. Estas prácticas, además, permiten mitigar los riesgos biológicos, físicos y químicos que puedan estar presentes en las hortalizas, asegurando su calidad higiénico-sanitaria.
La horticultura argentina se destaca por su diversidad geográfica y la variedad de especies que produce, siendo una fuente nutritiva esencial en la dieta diaria por su alto contenido en vitaminas, minerales y fibras.
El Senasa recuerda que la implementación de las BPA es obligatoria para todos los productores de hortalizas, conforme lo establece la Resolución Conjunta 5/2018, que incorpora estas prácticas al Código Alimentario Argentino. Entre los requisitos mínimos obligatorios se incluye la documentación y trazabilidad, el manejo de productos fitosanitarios, el uso eficiente del agua, la manipulación adecuada, el control de animales y el asesoramiento técnico.
Es esencial que los productores cuenten con la asistencia de profesionales capacitados y que se promueva la sostenibilidad ambiental en todas las etapas de producción, en línea con los objetivos de desarrollo sostenible.
En definitiva, las buenas prácticas agrícolas son clave para obtener hortalizas sanas e inocuas, protegiendo la salud de los consumidores, el medio ambiente y promoviendo un modelo agrícola sustentable en Argentina.