El modelo energético nacional da un gran poder a los políticos

Es una de las explicaciones que encontró el ex secretario de Cambio Climático de la nación a la política de seguir explotando hidrocarburos en pleno contexto de cambio climático. El dinero de lo que se extraiga en el Mar Argentino se lo llevarán las grandes empresas.
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Gabriel Blanco, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), quien fuera Director Nacional de Cambio Climático en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la nación durante 2020, sostuvo que la política energética nacional no tiene rumbo, le da más poder a los políticos y está lejos de generar la soberanía energética. Además, en relación a la explotación petrolera en el mar advirtió que el que pone la inversión es el que se lleva las ganancias. 

Blanco brindó una conferencia sobre el sistema energético en Mar del Plata, invitado por el Centro de Graduados de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (CEGCEN) y la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras y dialogó con Región Mar del Plata. 

La definición del especialista acerca de la política energética argentina fue sin rodeos: “Está sin rumbo. O, vamos a decirlo bien: el rumbo que ha tomado, seguir por la senda de la explotación de hidrocarburos, es francamente difícil de explicar desde una cierta razonabilidad”.

¿Por qué? “Podemos tener recursos en Vaca Muerta, podemos llegar a tener en el mar. Pero no tenemos ni los capitales ni la tecnología para explotarlos y nos metemos en un mundo de comodities, donde los precios se fijan en cualquier otro lugar menos en Argentina que no es un jugador en el juego del petróleo y el gas a nivel mundial”. 

Luego, señaló que de esa forma el país queda a la deriva. “Golpea puertas, como está haciendo el ministro de Economía en China y como lo han hecho otros ministros, para ver quién nos facilita los capitales y, por supuesto, esas inversiones o créditos son siempre en condiciones desventajosas para el país”.

“Estamos dependiendo, en un ochenta y pico por ciento, de combustibles fósiles. Entonces: ¿Cómo puede ser que dependamos de algo que ni siquiera tenemos la capacidad de explotar?”, se preguntó. 

A su vez, Blanco afirmó que la apuesta del país es a largo plazo. El gasoducto que se está construyendo (N de la R: llamado “Néstor Kirchner” que transportará gas desde Vaca Muerta), el proyecto de licuar el gas para después exportarlo “son estructuras costosísimas que requieren decenas de años para recuperar la inversión ¿Cómo se explica eso en un contexto de cambio climático?”. 

Así los problemas ambientales se suman. “Hay certeza estadística que donde hay explotación de petróleo en el mar, habrá derrames. Vas a tener otros problemas en Vaca Muerta con la utilización del agua, las arenas que se usan, los efluentes líquidos contaminados porque se utilizan químicos, los sismos que aparecen ahora sobre la mesa y cantidad de otras problemáticas que hacen un combo inexplicable desde lo económico, lo político y lo socio ambiental que es muy difícil de sostener”. 

Un modelo que le da más poder al poder 

Al ser consultado, entonces, por la razón por la cual el país toma ese rumbo, aclaró que se pueden hacer suposiciones. “Hay muchos intereses. Hay corporaciones muy fuertes que tienen una asociación implícita con el poder político. Eso explica los subsidios multimillonarios que van al sistema energético, los contratos secretos con Chevron que se firmaron hace un tiempo, la salida al mar. Hay grandes negocios que implican mucho dinero”. 

Sin embargo, el ingeniero destacó otro aspecto que no suele ver la luz: “La política se beneficia con este modelo energético. No sólo por los negocios económicos que puede haber, sino porque estos modelos súper concentrados en capitales muy fuertes terminan monopolizando y controlando la energía que circula en el país”.

Da un poder muy importante decidir sobre las tarifas, quién tiene una especial, una social o por frío. “Ahora te cambio la tarifa, ahora no. Ahora te doy energía, ahora no te la doy. Todo eso representa un poder político muy fuerte. Detrás de este modelo está eso y creo que desde la política se aprovecha. Por eso nadie va por lo distribuido, lo descentralizado. Ahí se licúa el poder. Si ya no soy el que te da la energía, de alguna manera te perdí el rastro”, dijo.

El que invierte se lleva las ganancias 

Blanco, que continúa asesorando a áreas del gobierno y a funcionarios, también se refirió a la explotación petrolera en las diecisiete cuencas del Mar Argentino que será a través de sociedades entre grandes empresas como Exxonmobil, Qatar Petroleum, Total Austral, British Petroleum, Equinor, Shell, Eni, Mitsui & Co, Tullow, PLUSPETROL, Wintershal y Tecpetrol. En solo tres de las cuencas, YPF aparece como socia. 

En ese aspecto, fue contundente: “El que pone la plata es el que se lleva las ganancias”, dijo y en relación a la cuenca frente a Mar del Plata en la que YPF figura en sociedad con Equinor advirtió que “el que invierte es Equinor, no YPF”. 

En Vaca Muerta ocurre lo mismo. “Más allá de los subsidios del estado, son las corporaciones las que invierten. Después te dejan regalías que pueden ser del uno por ciento, el cinco, el diez. Se pueden pelear pero es hasta donde puedas sacarles si es que podés porque las condiciones las pone el que hace la inversión”. 

Se trata de una situación que se repite a lo largo de los siglos. “Vamos a los tumbos como país después de haber explotado todos los recursos. La historia muestra eso. Un día fue la plata del Potosí, otro el oro de Famatina, la forestal a principios del siglo XX. Después la soja. Ahora es el petróleo y el litio y acá estamos con cuarenta por ciento de pobreza. Está claro que las regalías no generan riqueza genuina”.

Entre los argumentos de la explotación petrolera en el Mar Argentino, se dice que el potencial es tan grande como el que tiene Vaca Muerta. Sin embargo, Blanco sostuvo que “todavía no está establecido cuál es el potencial real, mucho menos las reservas extraíbles. Es parte de lo que se hará con la exploración. Pero no hay un estudio que se haya hecho público sobre el tema. Entonces hay especulaciones”. 

Por otra parte, el gobierno nacional en las publicidades que presentan lo que será la exploración, sostiene que la actividad ya existe en el país como si eso fuera una prueba de que es inofensiva. 

En las costas de Tierra del Fuego se extrae gas y petróleo y en otras zonas del mar ya se ha hecho exploración. A pesar de eso, Blanco advirtió que no está claro cuánto se extrae y tampoco si hubo accidentes o derrames: “No está informado. Lo único que se conoce, oficialmente, son unas imágenes satelitales que detectan posibles manchas de petróleo. Eso sí se sabe y el número es altísimo”.  

Tener el recurso no garantiza la soberanía 

Otro de los argumentos para la explotación del petróleo en el mar y en Vaca Muerta es que se podría alcanzar la soberanía energética. Para Blanco, tener el recurso es solo una parte porque si no existen los medios para explotarlo y el país depende de negociaciones, préstamos o inversiones extranjeras, ya no hay soberanía. 

Hay que pensar en otros modelos. “Caminos para diversificar la matriz, descentralizar, que participen más jugadores locales, con posibilidad de desarrollo tecnológico, recursos humanos y una cadena de valor local locales para la instalación y la operación. Esa es otra situación porque el recurso y gran parte de la tecnología están y hasta los capitales porque son inversiones mucho más pequeñas que se podrían encarar a través del sistema financiero nacional”. 

Si bien reconoció que no es sencillo porque los condicionamientos externos son enormes para que Argentina y los países en desarrollo tengan el rol en el mundo de proveedores de materias primas, señaló que “hay oportunidades para empezar a transitar otros caminos en la producción de energía”. 

“¿Vas a reemplazar todo el sistema energético con generación distribuida con pequeñas centrales a escala comunitaria, a escala de pyme para producir un poco de energía eléctrica, un poco de geotermia, un poco de energía solar?”, se preguntó y respondió: “Probablemente no pero con que sustituyas una parte, vas a ser más independiente, más libre”. 

Sin embargo, parece que el cambio no figurara en la agenda. “Esos posibles caminos hay que empezar a transitarlos, pero eso es lo que no ocurre. Se profundiza el otro, el de los grandes capitales concentrados y el gran poder político”. 

Para Blanco, hay que convencer a quienes toman las decisiones y si no convertirse en un decisor. “Hay que empezar a generar espacios de representatividad, a participar en las decisiones y que sea más proactivo, que se generen alternativas. Es imprescindible y está buenísimo que vecinos autoconvocados se opongan a determinado proyecto, pero falta un paso más: generar alternativas. Para eso hace falta meterse en el barro, salir a discutir y empezar a tener voces que representen otras miradas”.


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