El plástico está invadiendo todo

La frase surgió de un diálogo con Pablo Denuncio, un científico que investiga la contaminación en mamíferos marinos. La contaminación de los océanos, el impacto en la fauna y lo poco que se sabe aún de cómo afecta a los humanos.
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La contaminación de los océanos es un problema que afecta a todo el mundo. En esta temporada, Vida Silvestre presentó los resultados de la sexta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina y afirmó que más del 70% de los residuos de las playas de la provincia de Buenos Aires bonaerenses son plásticos. 

El doctor en Ciencias Biológicas, Pablo Denuncio –miembro del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, dependiente del CONICET y la UNMDP– estudia a mamíferos marinos. Se trata de especies protegidas que encuentran ya sin vida en las playas y, en los últimos años, han hallado tantos residuos y plástico en los animales que formaron una línea de investigación.

“La historia de la contaminación por plásticos y micro plásticos está muchísimo más desarrollada en el ambiente marino que en el terrestre por la facultad que tiene el mar de transportar residuos a cualquier lugar del planeta”, señaló Denuncio. 

Las zonas más contaminadas están siempre vinculadas a las grandes ciudades. Denuncio puso como ejemplo a lo que ocurre con el río Amazonas. “Una estructura hídrica muy compleja que pasa por Perú, Colombia y desemboca en Brasil. Así arrastra cientos de kilómetros de basura. Luego, por las corrientes, las masas de agua, la acción costera y el viento llegan a cualquier parte del mundo”. 

Además, la situación suele ser más grave en países en vías de desarrollo. “En una ciudad de Estados Unidos y en una de China del mismo tamaño, no se registra el mismo nivel de contaminación porque tienen diferentes manejos de basura y controles ambientales”. 

Por la circulación, la basura puede llegar hasta al lugar más inhóspito. “Incluso a sectores como los fondos abisales que alcanzan los 11 mil metros de profundidad, más que lo que mide cualquier montaña en la superficie”. 

Así que “es esperable que todos los animales estén contaminados por plásticos en cierto modo. Los más comprometidos son las tortugas donde hay presencia en el 90% de las que trabajamos. Es sumamente elevado y sumamente preocupante”, dijo.

El promedio es de un 10%

A su vez, el especialista detalló que entre las ciento quince especies de ballenas, delfines, lobos marinos y focas, la ingesta de plásticos se observa en un 10% de la población. “Puede verse como menor pero si se complementa con contaminación sonora, química, sobrepesca, falta de alimentos y enredos en redes de pesca, esos animales están complicados porque todos esos factores terminan repercutiendo”. 

En Argentina, hay una especie que es el delfín franciscana “cuyos valores oscilan en el 30%” y hay otras especies oceánicas que también superan el 10%: “Tienen el hábito de ingerir a sus presas por medio de la succión. Un método súper efectivo pero al mismo tiempo hay un error que no se sabe si es por confusión, juego u otra razón que hace que presenten un porcentaje elevado”. 

En los casos en que hay muerte de uno de esos animales, Denuncio explicó que cuando lo analizan “suelen observarse grandes cantidades de basura. En general, cada individuo tiene poca pero los organismos succionadores presentan grandes cantidades y, posiblemente, esa ingesta haya sido la causa de muerte”. 

fauna marina plastico

El packaging y los envases 

En cuanto a las fuentes de contaminación, Denuncio precisó que los contaminantes en un 80% son “elementos urbanos de consumo humano”. Es decir, residuos domiciliarios. “La mayor parte es por packaging y todo lo que son envases plásticos que se usan una vez y se tiran”

Hay una línea de trabajo que procura la eliminación de los plásticos de un solo uso. “Sacar el plástico es difícil porque reemplaza a muchos elementos y forma parte de la vida cotidiana en equipos, tecnología, autos pero sí es posible trabajar en los que tienen muy poquita vida útil y después terminan llegando al medio ambiente por una forma u otra”. 

Todavía no se sabe cómo afecta a los organismos 

El plástico pasó a ser un factor de preocupación cuando aparecieron los microplásticos. “Son fragmentos de un tamaño menor a cinco milímetros. En ese campo de estudio están los nano plásticos que pueden interactuar a nivel celular e intracelular. Es ahí donde se empezó a prestar mucha atención y estudiar los microplásticos en diferentes ambientes”.

“Se detectaron en aire, agua, aguas domiciliarias y materia fecal humana. Pueden estar en cualquier superficie y pueden volar fácilmente. El microplástico está invadiendo todo y nos falta evaluar cómo el plástico afecta a los organismos”, advirtió. 

A medida que disminuyen en tamaño, los plásticos “no sólo tienen la capacidad de actuar con los órganos, sino con los tejidos y con las propias células porque el tamaño es semejante al de una organela y eso hace que pueda interactuar a ese nivel. De eso se sabe poco, es un campo de estudio nuevo”. 

Hay dos tipos de microplásticos. “Los primarios que son los que se fabrican de forma intencional. Por ejemplo: las pinturas o maquillajes abrasivos. Y los secundarios que se generan a partir de la fragmentación del plástico mayor que el ambiente destruye y hace cada vez más pequeño”.

“Ahí es donde está el problema porque no tenés dimensión de todo lo que se está produciendo. Quizás no se observa nada en la naturaleza pero, tranquilamente, puede estar lleno de microplásticos. Esto se viene documentado hace sesenta años y en la última década se empezó a considerar como algo serio que había que abordar”, dijo. 

El impacto en humanos 

Denuncio indicó que se hacen experimentos sobre invertebrados. Sobre los animales no se puede. Los resultados no se pueden trasladar a un mamífero y menos a un humano. “Pero sí se sabe que animales afectados por microplásticos empiezan a tener interferencias en funciones celulares, hormonales, su tasa de supervivencia y su puesta de huevos disminuye”. 

Tras destacar que están intentando entender cuál es el grado de impacto en todas las poblaciones, aclaró que “la presencia de microplásticos en seres humanos se detectó hace menos de tres años. Todavía es muy incipiente para medir el impacto. No se puede saber en qué concentraciones, en qué poblaciones humanas y menos aún en los organismos”. 

Tampoco está claro cómo se trasmiten. “Se asume que al comer animales porque están en el tracto digestivo. Pero cuando los humanos comemos carne no comemos tractos digestivos, salvo en excepciones como la vaca. Del pescado se consume el músculo y no las vísceras”. 

Todavía no se sabe cómo afecta. “Seguimos encontrando especies y niveles de concentración pero ni siquiera se sabe qué significa aunque se entiende que es un problema y una amenaza emergente y preocupante”. 


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