Encuentro Marplatense apuró a Montenegro

El miércoles pasado cerró el plazo para inscribir alianzas electorales y la oposición marcó la agenda. Tanto que menos de dos días después, Guillermo Montenegro anunció lo que en el último tiempo había demorado: irá por la reelección.  

Quienes conocen a Gustavo Pulti y a Fernanda Raverta, sostienen que el acuerdo del cual nació Encuentro Marplatense comenzó a gestarse en 2021, tras las elecciones legislativas. 

En su cuenta de Twitter, Pulti escribió: “Los marplatenses y las marplatenses, especialmente los sectores más vulnerables pero también la clase media, vienen sufriendo desde hace años el abandono y la frustración por carecer de soluciones a los problemas que más los preocupan”. Luego, anunció que entre ambos partidos habrá un acuerdo programático. 

Raverta utilizó un tono similar en una carta que publicó en la misma red social. “La ciudad sufre hace ocho años un profundo estado de abandono por parte de la gestión local. El municipio está en pausa desde 2015”.  

Después, profundizó: “Tampoco los problemas que teníamos los marplatenses a finales de 2019 fueron resueltos como se prometió”, y en otro párrafo fue más dura: “Falta un municipio más humano y activo que se comprometa en la búsqueda de soluciones; que gestione y promueva el desarrollo de la ciudad. Necesitamos superar el desamor y el abandono”. 

Acción Marplatense obtuvo el 11% y el Frente de Todos el 37 en las elecciones de 2019. Pero aquello quedó lejos. El mapa es bien distinto para el peronismo. Tras cuatro años de un gobierno nacional desgastado por la inflación, vale la sospecha: el arrastre no será el mismo. 

En el nombre, Encuentro Marplatense, queda algo de la identidad vecinal de uno de los socios como si el partido local buscara preservarse ante la posibilidad de que el camino depare una ruptura. O como si el peronismo y el kirchnerismo, que a nivel local no ganaron nunca una elección desde la vuelta de la democracia, buscaran otra vestimenta.

El espacio competirá en las PASO contra el sciolismo que encabeza Rodolfo Iriart. Si bien no definieron candidaturas, la intuición de la mayoría es que Raverta será la candidata a intendenta en una ciudad en la que tampoco ha ganado una mujer en esa instancia. Acción Marplatense allana el camino hacia una diputación y al menos una concejalía. Calles que, en soledad, quizás se hubieran vuelto demasiado empinadas.  

Más allá de los resultados, si logra consolidarse será un actor y una alternativa de peso en la política vernácula.   

En principio, los equipos de ambas fuerzas trabajarán en un acuerdo programático. Allí abordarán temas como seguridad, educación, salud, servicios públicos y desarrollo productivo y urbano. A su vez, analizarán el impacto del cambio climático en Mar del Plata y la región. 

El anuncio demorado  

En Juntos por el Cambio afirmaron que el acuerdo los sorprendió aunque no había despertado ninguna preocupación. No visualizaban ningún obstáculo en el sendero hacia la victoria en las elecciones de octubre. Sin embargo, menos de cuarenta y ocho horas más tarde, Guillermo Montenegro dijo que irá por “otros cuatro años”. 

Fue a través de un video que publicó en su Instagram. “Quiero seguir siendo el intendente de General Pueyrredon para que Mar del Plata siga siendo la ciudad del sí. Para que juntos le digamos sí a una Mar del Plata activa, en movimiento, una Mar del Plata con laburo, con empuje”, dijo el jefe comunal que, como siempre, apela al lenguaje que puede escucharse en cualquier conversación de café.     

“Esa es la Mar del Plata que nos planteamos desde el primer día y lo logramos en un contexto de inflación extrema, de palos en la rueda y de todas las veces que nos dijeron que no”, afirmó con imágenes que hacían alusión al gobierno nacional y al provincial.  

La definición del intendente tardó en llegar. Hasta algunos concejales y dirigentes de peso dentro del espacio se mostraban preocupados. Hay quienes sostuvieron que la demora fue porque Montenegro quería una lista de unidad en la provincia de Buenos Aires. Que estaba cansado del tire y afloje con las autoridades bonaerenses a la hora de conseguir recursos y quería una lista de unidad que asegurara la consagración de un gobernador de su espacio. También trascendió que veía un contexto difícil para gobernar en los próximos años y que Diego Santilli lo tentaba para que fuera su vice. 

Los precandidatos a nivel nacional Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich expresaron su acompañamiento a la decisión de Montenegro. Es que el jefe comunal será un actor decisivo en la batalla del PRO: Mar del Plata y Batán, con 569.727 votantes, es el segundo distrito con más electores de la provincia después de La Matanza. 

Las listas 

La tensión está puesta en las listas que deberán presentarse el próximo sábado. En Juntos por el Cambio, el primer lugar tendrá sabor a sucesión. Si en un futuro gobierno, Larreta o Bullrich convocan a Montenegro, el elegido se convertirá en intendente.  

En 2019, el uno fue para Nicolás Lauria, quien menos de dos años después abandonó Juntos por el Cambio. Se intuye, entonces, que será alguien cercano al  intendente.

¿Habrá una tercera fuerza competitiva? 

Otra cuestión que tendrá respuesta el sábado es quien será el candidato de Javier Milei en la ciudad. El ultra liberal parece ser el tercero en discordia a pesar de los malos resultados que obtuvo en elecciones provinciales 

¿Y la izquierda? ¿Y el socialismo? Hace tiempo que no hacen buenas elecciones a nivel local. Además, el espacio por fuera de la grieta, que esta semana se ha fortalecido, es cada vez más estrecho.

Pasan los años, las campañas y los gobiernos pero los problemas de la ciudad se repiten. Tal vez con diferencias en las formas, ciertos detalles y actores. El fondo es el mismo. 

¿Ejemplos? La desocupación top a nivel nacional. Las escuelas –municipales y provinciales– con problemas serios de infraestructura como falta de calefacción o averías en los techos igual que el Hospital Regional y los centros de salud donde además faltan profesionales. El transporte público es cada vez más deficiente y tanta cámara no alcanza para acabar con la inseguridad. Viene un tiempo en el que, se supone, habrá debate sobre todo eso.