Innovadoras estrategias convierten rastrojo en proteína animal en el norte patagónico
La Chacra Aapresid VINPA impulsa una integración agrícola-ganadera que transforma residuos agrícolas en forraje de alto valor, combinando siembra de verdeos, suplementación enzimática y manejo sostenible de rastrojos.

La Chacra Aapresid Valles Irrigados del Norte Patagónico (VINPA) viene desarrollando un modelo que no solo reduce el exceso de rastrojo generado por la alta productividad de los cultivos, sino que además lo convierte en carne, maximizando el uso del recurso y cerrando el ciclo agroecológico en la región.
Las bajas temperaturas de la zona dificultan la descomposición de los residuos agrícolas, por lo que los técnicos de la Chacra decidieron aprovecharlos como recurso forrajero mediante estrategias innovadoras que integran la producción vegetal y ganadera.
Una de las tácticas más eficaces fue la siembra de verdeos invernales —mezclas de vicia y avena— entre cultivos de maíz y soja. Para implantarlos sobre suelos con cobertura densa, utilizaron sembradoras de grano grueso adaptadas con barrerastrojos, logrando una distancia efectiva de 35 cm entre líneas.
“Lo importante es anticipar la cosecha del maíz para alargar el ciclo del verdeo y mejorar el valor forrajero del rastrojo”, explicó Alfonso Cerrotta, responsable técnico del proyecto.
La siembra se realiza con pasadas desencontradas para mejorar la distribución y garantizar la implantación del cultivo de servicio sin remover el suelo, protegiendo así la estructura del perfil y el secuestro de carbono.
Pastoreo planificado y digestibilidad optimizada
El siguiente paso fue la confección de rollos de rastrojo (hasta un 60% del total en soja y 30% en maíz y trigo), utilizados como alimento para vacas de cría y terneros. Pero dado el bajo valor nutricional de estos materiales, la clave estuvo en incorporar suplementos multienzimáticos.
Estos aditivos permiten que el animal digiera correctamente la fibra de alta relación carbono-nitrógeno, como la del rastrojo de maíz. Gracias a ello, se pudieron formular dietas con hasta un 70% de fibra de rastrojo, logrando ganancia de peso y mejoras en la condición corporal y la preñez.
“Una vaca sola no puede digerir ese rastrojo. Con el suplemento, no solo lo aprovecha, sino que mejora su desempeño reproductivo”, señaló Jorge Mazzieri, productor de la Chacra.
Además, el pastoreo se organiza en parcelas con alta carga instantánea, favoreciendo el consumo homogéneo del verdeo y evitando la selección forrajera.
Integración sustentable sin remoción del suelo
Este enfoque agroganadero no solo permite aprovechar un volumen significativo de biomasa, sino que reduce la cobertura superficial al momento de la siembra sin necesidad de labranza. Esto conserva la materia orgánica, potencia la resiliencia del suelo y promueve un modelo sostenible de intensificación forrajera y ganadera.
“Transformamos un problema en una solución: menos rastrojo en superficie, más producción de carne y mejores suelos”, concluyó Mazzieri.