Cómo los caminos rurales impulsan las economías regionales con soluciones sustentables
La implementación de geosintéticos en caminos rurales reduce costos, mejora la conectividad y potencia el crecimiento de las economías regionales con un enfoque sustentable y eficiente.

Los caminos rurales representan una infraestructura clave para el crecimiento económico en las zonas productivas de Argentina. Con más de 400.000 kilómetros, su extensión duplica las redes nacionales y provinciales. Sin embargo, su estado general sigue siendo una deuda estructural para el país. Ante este desafío, tecnologías como los geosintéticos emergen como soluciones de bajo costo, alta durabilidad y gran impacto económico.
¿Qué son los geosintéticos y por qué marcan la diferencia?
Los geosintéticos son materiales derivados de polímeros industriales que se utilizan para mejorar la capacidad del suelo en tareas de drenaje, filtración, impermeabilización y refuerzo estructural. Esta tecnología permite:
- Prolongar la vida útil de los caminos.
- Reducir hasta un 50% los costos de mantenimiento y construcción.
- Disminuir el uso de maquinaria y las emisiones de dióxido de carbono.
- Acelerar los tiempos de obra.
“Son materiales esenciales en la construcción y rehabilitación de rutas. Permiten duplicar su durabilidad con una eficiencia económica notable,” destacó Víctor Guajardo, gerente general de Amanco Wavin en Argentina.
Beneficios directos para las economías regionales
El impacto positivo de esta tecnología va más allá de lo técnico. Su implementación genera un efecto multiplicador en el desarrollo rural:
Transporte agrícola más eficiente
Caminos estables permiten transportar productos más rápido y con menor deterioro, lo que reduce pérdidas y mejora los márgenes para productores.
Mejor acceso a mercados
Los caminos mejorados facilitan la llegada a centros de acopio y distribución, aumentando la rentabilidad y competitividad de los productores rurales.
Aumento de la inversión privada
La conectividad estimula la instalación de plantas de procesamiento, depósitos logísticos y nuevas actividades productivas en zonas alejadas.
Resiliencia ante el cambio climático
Las rutas con geosintéticos soportan mejor las lluvias intensas, asegurando el tránsito y reduciendo pérdidas por aislamiento.
Reducción del desgaste vehicular
Al reducir baches y caminos degradados, disminuyen los costos de reparación y consumo de combustible de los transportistas.
Mejora en la calidad de vida rural
Con mejores caminos, hay mayor acceso a servicios de salud, educación y comercio. Esto reduce la migración forzada hacia las ciudades y fortalece el tejido social.
Un cambio de paradigma en la obra pública rural
El avance de la ingeniería permite diseñar soluciones adaptadas a los suelos, climas y necesidades productivas locales. En este contexto, el uso de geosintéticos representa una alternativa sostenible que responde a la creciente demanda de infraestructura resiliente en zonas rurales.
“Los municipios enfrentan el desafío de mantener redes viales con suelos de baja capacidad de soporte y cargas cada vez más exigentes. Los geosintéticos son una herramienta eficiente y probada para revertir esta situación,” explicó Guajardo.