Los problemas en el predio de residuos son consecuencia de las malas condiciones de trabajo
El investigador Juan José Pintos Radice analizó la situación en el predio. La falta de políticas efectivas. El consumo problemático y las 400 personas que se desesperan cada vez que aparece un camión.
El pasado 16 de agosto, tras una pelea en el predio de Disposición Final de Residuos, la policía mató a Emanuel Márquez, un hombre de 23 años que se desempeñaba como reciclador. La familia sostiene que se trató de un caso de gatillo fácil. Que la pelea había terminado y el otro recuperador, incluso, había dejado el lugar cuando Márquez recibió el disparo.
En la última sesión del Concejo Deliberante hubo críticas a la gestión de Guillermo Montenegro (PRO). El concejal de Unión por la Patria, Diego García, aseguró que hay basura por todos lados mientras la municipalidad gasta 92 millones de pesos diarios en el pago a la empresa que hace la recolección.
Desde Acción Marplatense, la concejala Eva Ayala marcó la ausencia de gestión como una de las causas de la muerte. "Mar del Plata sale de trece emergencias ambientales, construyendo dos predios con campañas de separación de residuos en origen que hoy están interrumpidas", expresó y aclaró que presentaron proyectos en abril y aún no han tenido una respuesta. “Hubo muerte porque hay caos e interrupción de política pública, desidia y abandono", dijo.
Hasta ahora, el intendente solo se expresó en redes sociales un día después del homicidio. Reclamó a la justicia que actúe de forma veloz para esclarecer lo sucedido: “Y le pido a Dios que cuide de la familia del policía detenido que velaba por su seguridad, la de sus compañeros y la de todos los marplatenses”, escribió.
Región Mar del Plata, en este contexto, dialogó con Juan José Pintos Radice sociólogo e investigador del CONICET- Instituto de Hábitat y Ambiente de la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien desarrolla su investigación en el predio para comprender el funcionamiento del circuito económico de recupero de materiales ligado al contexto y a las trayectorias de vida de los recuperadores.
El investigador aclaró que “las peleas no son anormales, aunque tampoco cotidianas. Muchas veces se producen por el lugar, por problemas personales que vienen de afuera y por el consumo problemático de drogas, pastillas, alcohol”.
El consumo dificulta la realidad que se vive en el predio, el hecho de “ir poniendo normas y que se vayan cumpliendo de acuerdo a cómo se pautaron”, dijo y aclaró que hay sanciones: “El equipo social de la municipalidad y la empresa ponen suspensiones por quince, veinte días, un mes, dependiendo del problema. Incluso hay recuperadores que han sido expulsados”.
Para entender la dimensión del problema quizás baste con este párrafo de Pintos Radice: “Son 400 personas que cuando viene el camión se desesperan. Es normal que ocurran roces. Lo que está mal son las condiciones en que se trabaja y no el trabajo. Hay experiencias exitosas como la de Buenos Aires. Allí los recuperadores han ido peleando por condiciones y trabajan en plantas automatizadas con ingresos fijos y obra social. Se han arbitrado los medios para que la situación mejore”.
Entre 2018 y 2019, el sociólogo hizo su primera tesis en el predio y desde marzo de 2023 está desarrollando una segunda investigación. “Las primeras veces es impactante cómo la gente va corriendo atrás de un camión que vuelca todo lo que contiene, cómo rompen y sacan comida que después consumen y todo tipo de materiales. Con el tiempo uno se va acostumbrando pero el tema son las condiciones de laburo”, reiteró.
Ambientalismo por defecto
Los recuperadores se convirtieron en un eslabón imprescindible en la gestión de los residuos de Mar del Plata dado que sin su trabajo el relleno sanitario tendría una menor vida útil y colapsaría. Pintos Radice lo califica como un “ambientalismo por defecto: es una consecuencia de su actividad no es una cuestión buscada”.
Sin embargo, la municipalidad no ha tenido en cuenta el trabajo de los recuperadores. En el último pliego de licitación que elaboró el gobierno de Montenegro y aprobó el Concejo Deliberante apenas los mencionan.
La estructura de trabajo actual, dijo Pintos Radice, se hizo con CEAMSE (el anterior concesionario) y cuenta con los baños, el SUM y el piso de cemento del playón social tal como denominan al sitio donde el camión vuelca la basura. “Las condiciones de trabajo siguen siendo las mismas porque el problema es que el residuo no viene bien separado. El camión vuelca y el recuperador trabaja sobre la pila de residuos crudos que llegan separados de forma incorrecta desde hace muchísimos años”.
El plan de separación arrancó en el 2012 bajo la gestión de Gustavo Pulti. “Tuvo una efectividad corta y se perdió. Ahora casi no está funcionando. El municipio empezó a implementar puntos verdes y pruebas piloto de separación para retomar aquello porque también entiende que más allá de las condiciones de trabajo es vital para la vida útil del relleno sanitario”.
Programas que no alcanzan
En los últimos meses la municipalidad encaró una tarea de concientización y separación en Sierra de los Padres y en el Bosque Peralta Ramos Puntos. “Las pruebas piloto siempre son un punto de inicio para poder ver de qué forma ajustar los mecanismos para que se pueda trasladar al resto de la ciudad. En el caso de Sierra hay un estrato socioeconómico, un nivel de educación y consumo determinados pero no se puede extrapolar al resto. Quizás sí a un barrio similar. Es un buen primer paso aunque hay que ver cuáles son los plazos del municipio y el plan de largo plazo”.
En cuanto a los Puntos Verdes donde la municipalidad recibe residuos reciclables, el investigador consideró que “funcionan bien como instancia de concientización, visibilidad y educación pero debería ser replicado en los barrios no solo en plazas de la zona céntrica”.
“¿Alcanza?” se preguntó y luego respondió: “No. No alcanza. Debería haber un sistema de recolección diferenciada. Había un plan de contenerizar en micro y macro centro. Eso implica un control mejor de la separación porque podés ir viendo qué cosas tiran y que no y ajustar los mecanismos como en el caso de Buenos Aires, un modelo que todos quieren aplicar y no tienen los fondos. La ciudad es muy compleja. Ha crecido mucho y de manera desordenada. Hay que ver cómo llega el estado a todos esos lugares”.
Aumentó la cantidad de gente que va al basural
El investigador describió a quienes trabajan como recuperadores. Hay muchos cuya trayectoria biográfica es inescindible del basural porque son la tercera generación: van con sus hijos y han ido con sus padres. Hay quienes trabajan durante algunos meses en la construcción o el pescado y cuando esas actividades merman buscan una changa en el predio. “Ahora, que es época de crisis económica, hay mucha más gente que va al basural. La gente busca allí lo que no puede encontrar en la calle u otro trabajo”.
El predio tiene su mecánica y la entrada es restringida. “El municipio ha puesto un corte de cantidad de personas que pueden ingresar. Hay más de cien personas que están en lista de espera”.
Las restricciones empezaron con la pandemia de COVID 19. “El municipio hizo un registro: 855 personas tienen autorización para ingresar y, en promedio, van unas 400 dependiendo del día y la época del año”.
La determinación se tomó porque uno de los reclamos de los recuperadores era que no había material para tanta gente. “Cada vez que se acerca alguien se lo anota en la lista. Por ejemplo: si una persona pasa seis meses sin concurrir se lo da de baja y se permite el ingreso a una nueva”.