El Centenario ya cuenta con un proyecto de reparación

Falta que el estado lo financie o preste apoyo al barrio de alguna otra manera. Una respuesta que se viene negando hace décadas.
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En la jornada “Miradas sobre el barrio Centenario”, organizada por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito 9 se presentó el proyecto para reparar el complejo habitacional.

Todo comenzó con la visibilización de la problemática del barrio que no recibe mantenimiento ni ayuda mientras su estructura es cada vez más vulnerable. Los problemas más urgentes son el derrumbe de escaleras y al menos dos viviendas que están inhabitables y tuvieron que ser desalojadas.  

Por eso, el Colegio llamó a un Concurso de Antecedentes dentro de la matrícula. “Esto nos permitió desplegar esta idea de atender los problemas de la comunidad, ir más allá del ejercicio de nuestra profesión y tender puentes con nuestra sociedad, en todo sentido y en diferentes ámbitos”, dijo el titular del Colegio Diego Domingorena. 

El informe describe las patologías que tiene el barrio. “Fundamentalmente en las escaleras y las pasarelas de hormigón y cuenta con un proyecto de reparación. Lo entregamos a los vecinos para que puedan hacer el reclamo a los estamentos que corresponden: municipio, provincia y nación. En su defecto, se puede llegar a encarar con una reparación más doméstica donde se capaciten algunos vecinos albañiles a través de la escuela de la UOCRA, donaciones de empresas y subsidios”.

Los arquitectos Sabine Asís, Maximiliano Martino y Marcos Teijeiro elaboraron el documento  que ya está en manos de la Mesa Arreglen el Centenario, un espacio que integran distintas instituciones como la Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon, los consorcios A y C del Complejo Habitacional Centenario, escuelas primarias y secundarias, el Centro de Jubilados y Pensionados “Fe y Esperanza” Centenario, el Comedor “Barrigas llenas”, la Agrupación Centenario y la CTA de los Trabajadores, entre otras. 

Una de las integrantes de ese espacio, Laura Raquiar, directora de la Escuela Nº 4 General Juan Martín De Pueyrredon sostuvo que el informe servirá para pedir la jornada de trabajo en el Concejo Deliberante. 

También se mostró esperanzada en que se puedan “concretar los arreglos, embellecer el lugar y sacar el estigma que tiene el marplatense. Ojalá que de acá a fin de año podamos concretar las reparaciones de 10 ó 20 sectores, escaleras, etcétera y luego tener un plan de obras porque todos queremos ser parte de esto”. 

Según destacó Graciela Ramundo de CTA, uno de los financiamientos que pedirán será el de las compensaciones que se cobran a los desarrollos inmobiliarios que se realizan a través de excepciones. La ley de Hábitat establece que deben aplicarse a los barrios populares. 

Repensar el barrio

Durante la jornada, además, se presentó el proyecto Repensar el barrio Centenario, 40 años después de su construcción que elaboraron los arquitectos Pablo Fidel Rescia, Andrés Tapia Avalos, María Noé Gómez, María José Díaz Varela y Kristina Atanasoka

El trabajo consta de tres ejes: “Evitar la segregación física” el cual tiene en cuenta la articulación de la unidad de manzana en relación a la ciudad; “Uso racional de los espacios libres” que analiza la urbanidad propia planteada por el conjunto, en los espacios comunitarios; y “Optimización ambiental de las unidades de viviendas” el cual profundiza sobre la vivienda y su condición de fragilidad y contempla las nuevas formas de habitar que la pandemia evidencia como conflicto irresuelto entre las unidades espaciales y la vida contemporánea.

Evitar la segregación física 

En el informe, los arquitectos sostuvieron que la problemática de la segregación física es común a muchos otros conjuntos de la misma época. La propuesta es “aumentar la interconexión con la red circulatoria barrial, que permite la interacción del complejo con el barrio, la llegada del trasporte público, recolección de residuos, favorece la noción de seguridad y establece una noción de referencialidad en el interior del conjunto, como premisas respecto de evitar la segregación física”.

Así, se mantendría la estructura de supermanzanas, la red viaria interna se jerarquiza a partir de una articulación de dos bulevares arbolados, uno que da continuidad a la calle Tierra del Fuego y otro en la calle Peña que también articula el barrio con otros conjuntos de vivienda adyacentes que a su vez lo relacionan con las principales vías de circulación de la ciudad. 

También propone una subtrama sobre el interior de las manzanas que contiene veredas peatonales y una nueva red de bicisendas que permiten el desplazamiento liviano y rápido. 

Uso racional de espacios libres 

El proyecto propone la apropiación efectiva de los espacios libres, incluso legitimando apropiaciones irregulares de las viviendas de planta baja, cuyo espacio exterior puede ser transformado en quintas particulares, o simplemente jardines. “Esta nueva estructura está anclada a la nueva red circulatoria y enfatiza las esquinas liberadas por la conformación octogonal de la organización de los edificios”.

De esa forma, se generan espacios que igualan a las plazas secas, caracterizadas por sector de juegos, espera de transporte público, áreas de depósito de basura con los espacios verdes controlados. 

En tanto que la provisión de agua se garantiza a través de cinco tanques tipo torres comunitarios (tres de ellos existentes), que se reconvierten en generadores eólicos de energía para los espacios comunes del complejo.

Sobre la calle Peña, en áreas descubiertas, se prevén estructuras abiertas y flexibles que concentren actividades comunitarias y productivas. “Estos Galpones Productivos pretenden concentrar tareas de capacitación, prácticas productivas de la economía social y actividades de intercambio comercial relacionadas con el resultado de estas actividades de formación y elaboración”. 

Optimización Ambiental de las unidades de viviendas 

El informe destaca que el barrio registra patologías constructivas que tienen que ver con los asentamientos diferenciales, deterioro propio de la antigüedad y por falta de mantenimiento. A su vez, las viviendas han sufrido un proceso de transformación, producto de la necesidad de espacios cerrados, lo que implica el cerramiento de balcones y terrazas e incluso palieres de acceso a las viviendas.  

En este sentido, propone el agregado de un módulo denominado MAS (Modulo Ambiental de Soporte). “Esta unidad implica una nueva estructura que mejora la resistencia de la actual construcción, suma espacios interiores y exteriores a modo de tamiz entre el edificio existente y el espacio exterior y estructura un sistema de optimización de las funciones de la vivienda”.

El MAS se convierte en un “ANCLA” natural que ayuda a detener los procesos de asentamientos diferenciales que producen patologías sobre los muros exteriores y las piezas estructurales. “Además, en términos bioclimáticos, evita el efecto de sobrecalentamiento ya que se colocará sobre la cara con mayor radiación solar, haciendo de filtro en las épocas de verano. En cambio, en invierno, este mismo lugar se convertirá en lugar de captación solar, tipo invernadero, por la utilización de cerramientos livianos a completar por el usuario”. 

El módulo también contempla la reutilización del agua, la utilización de fuentes de energía solar y la incorporación de molinos eólicos para la iluminación del espacio público y de los espacios comunes de las viviendas.

 


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