Las pérdidas y el daño que genera la pesca no declarada

Las capturas más allá de la milla 200 llevan décadas. Enrique Piñeyro viralizó la problemática. Algunos sectores lo acusaron de dar información inexacta y falsa. La lectura del Eicemar.
Noticias de Mar del Plata. Las pérdidas y el daño que genera la pesca no declarada

Hace cuarenta y cinco días, en un vuelo, el cineasta y piloto de aviación, Enrique Piñeyro, llevó a periodistas, fotógrafos, activistas, documentalistas y embajadores extranjeros a la milla 200. El límite entre la Zona Económica Exclusiva argentina y las aguas internacionales. 

Todos vieron la flota de barcos pesqueros que opera allí y viralizaron una vez más la problemática que lleva cuatro décadas. Sobre todo, denunciaron que los barcos roban a diario el recurso en la ZEE, que las pérdidas económicas son de miles de millones de dólares y que no hay controles ante la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. 

Sin embargo, el informe de Piñeyro, que también es miembro de la ONG Solidaire, recibió críticas de sectores de la pesca que lo definieron como inexacto y advirtieron que puede haber ingresos de la flota internacional al mar territorial pero no en la forma en que dijo el activista. Por eso, además, declararon que hubo falsedades en la información. La polémica no creció porque sólo el viaje del cineasta tuvo repercusión viral. El resto no. 

En ese contexto, el EICEMAR, Departamento de Estudios Interdisciplinarios para el control de los Espacios Marítimos y Fluviales de la Prefectura Naval Argentina informó sobre los controles, las irregularidades, describió la zona de la milla 200, precisó cuál sería la pérdida económica y complejizó la situación de una problemática ambiental que no tiene una solución mágica. Y tampoco depende de un solo actor. 

Fue durante una conferencia que algunos de sus integrantes brindaron en la Universidad FASTA, en el marco de la Cátedra Abierta Derecho del Mar e Intereses Marítimos. Los expositores fueron: el Prefecto Mayor Sergio Almada, quien además es coordinador del Departamento, la subprefecto Luciana De Santi Sollas quien también es abogada y la Oficial Principal y Bióloga Marina Jessica Chiarandini.

En principio, De Santi aclaró que la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que se extiende hasta la milla 200 es donde el estado argentino puede controlar: “Tiene soberanía sobre lecho, subsuelo y espacio aéreo” pero más allá de ese límite están las aguas internacionales, que también se conocen como Alta Mar, donde: “Por principio, rigen las libertades de pesca y de navegación y vale la jurisdicción de la bandera de cada buque”. 

La vigilancia y el control del límite exterior, coordinados por los ministerios de Defensa y de Seguridad, se basa en prevenir, desalentar y reprimir la actividad ilegal en la ZEE. Almada precisó que Prefectura recibe todos los días 25 imágenes del límite exterior a través de distintas fuentes y cuenta con un sistema y un software creado específicamente para procesarlas. Así busca barcos que pueden estar entrando a la ZEE. Además, desde el 2017 tiene tecnología para detectar buques por más que apaguen el AIS –Sistema de identificación automática–. 

Las imágenes llegan a las pantallas tanto de los que operan en tierra como de los barcos. “La tecnología ha permitido paliar la escasez de recursos. El guardacostas no necesita patrullar los 900 kilómetros de milla 201 sino que opera donde el sistema le indica que hay más riesgos de posibilidad de ingresos”. 

De cualquier forma, el especialista indicó que “no hay una necesidad biológica de que haya ingresos. Si lo hacen, son pocas millas y tenemos que ser razonables: comparen ese impacto con el impacto permanente de 500 barcos operando cinco meses sin control más allá de las 200 millas”, dijo y citó que en alta mar, la prefectura registró 470 barcos en 2019, 440 en 2020, 546 en 2021 y 516 en 2022.

pesca ilegal


La pesca ilegal no es delito 

Tras aclarar que la prefectura solo puede actuar cuando el buque ingresa a la ZEE, De Santis remarcó que “hay que tener rigurosidad en la prueba, georreferenciar el ingreso y compararlo con las cartas oficiales de navegación. Un video, una foto no son prueba seria. De ningún  modo”. 

“En los últimos 40 años, la Prefectura lleva 80 capturas de buques extranjeros”, dijo Almada y, a su vez, especificó que la pesca ilegal “es una infracción al Régimen Federal Pesquero. Sólo se configura delito si el buque no obedece a la prefectura y huye”. 

Las persecuciones “se llevan a cabo en caliente con un protocolo estricto de acuerdo al derecho nacional e internacional. Hasta 2016 era casi imprescindible la captura del barco para ponerlo a disposición de la justicia. Muchas veces, para evitar un uso excesivo de la fuerza que podía dañar una vida humana, se interrumpía la persecución”.

Aquel año un pesquero chino escapó y la justicia federal de Comodoro Rivadavia solicitó la captura internacional. “Un mes después fue detenido en Indonesia y ya no fue imprescindible la captura. Si se comprueba la infracción y el delito de huida, la justicia federal solicita la captura internacional. Fue un cambio de paradigma que tuvo un importante efecto disuasivo”. 

Tanto que, según Almada, “en la última captura en 2020, el barco se entregó voluntariamente al guardacostas. La gran mayoría de la flota no se arrima a más de una milla del límite exterior”. 

El prefecto también tuvo un párrafo para la criminalidad en alta mar. “No es lo mismo lo que pasa en el Caribe que en el Cuerno de África. En la milla 201 se trata de trabajos forzados a bordo, falsificación documental y otras violaciones a los derechos humanos. El estado ribereño no tiene jurisdicción y los buques no entran a puerto. Igual, Prefectura hace un seguimiento a esos buques, detecta barcos con conducta sospechosa, tiene una base de datos e intercambia información con interpol, ONGs y otras autoridades de la región”. 

El ecosistema y los recursos que hay que proteger 

Durante la conferencia, Chiarandini dio detalles acerca del ecosistema que se halla alrededor de la milla 200. “La columna vertebral del mar argentino está fundada por dos corrientes. La fría de Malvinas y la cálida de Brasil que cuando se unen generan ambientes extremadamente ricos y productivos”. 

Las condiciones son ideales para el calamar. “Una de las especies estrella”, definió Chiarandioni y detalló: “Tiene vida corta. Un año y, en el caso del calamar argentino, tenemos cuatro subpoblaciones: “Si hacemos una línea a los 44 grados de latitud sur, hacia el norte está la subpoblación desovante de primavera y la bonaerense norpatagónica y hacia el sur la desovante de verano y la sudpatagónica”. 

Luego, la bióloga mostró una imagen de 2022, donde se observaba a la flota nacional subiendo para capturar a las subpoblaciones bonaerense y norpatagónica mientras los buques que pescan en aguas internacionales también iban hacia el norte esperando que el calamar pase hacia alta mar. 

“El calamar es una especie que depende de las variables ambientales. La temperatura, salinidad y las corrientes modifican la migración”, explicó. En 2022, por una disminución de la velocidad de la corriente de Brasil, la subespecie patagónica subió y se juntó con la desovante de verano. “Hubo una muy buena cantidad de reclutamiento. La flota nacional tuvo muy buenos rendimientos. Y hubo poca biomasa del sur que pudiera correrse fuera del límite exterior”. 

Entonces, la profesional concluyó: “Ni una muy buena temporada de la captura del calamar indica que el recurso está en buen estado ni una mala temporada que hay una sobre explotación de la especie”.

El impacto de la pesca sin límites 

“Otro problema es el abadejo que desde el 2018 muestra tendencia a disminuir su biomasa biológica. Un informe de hace un par de semanas dice que, independientemente de que la flota nacional fresquera y congeladora respeta la resolución que establece cuántas toneladas pueden pescar, esta especie no logra recuperarse”, detalló y explicó que la pesquería arrastrera que opera fuera de la milla 200 sería una de las razones de este resultado. 

La especialista describió a otras especies como la centolla, el cangrejo rojo, la langosta patagónica, el centollón y las vieiras aunque de lo que ocurre más allá de la milla 200 “no tenemos información concreta y robusta”. 

¿Cómo afecta la flota extrajera a los recursos transzonales? “Una pesca sin límites o lo que se conoce como pesca insostenible desde lo biológico afecta a las especies de nuestra Zona Económica Exclusiva que son objeto de la flota nacional. También va a tener impactos biológicos, en el ecosistema y económicos”.

Las pérdidas 

Los especialistas, además, pidieron precisión cuando se habla de pérdidas económicas. Nadie sabe cómo se obtienen los datos de quienes dicen que son miles de millones de dólares. “Sectores pesqueros han dicho que una buena captura de la flota (N de la R: de Alta Mar) inunda el mercado internacional de ese producto, los precios bajan y compiten mejor frente a nosotros porque tienen subsidios de los estados, mano de obra casi esclava o barata, evaden controles e impuestos. Algunas empresas nos dicen que a veces ni les conviene exportar. Esa es una buena manera de dimensionar las pérdidas, la más real”, apuntó Almada. 

También advirtió que hay organizaciones como Marine Regions que extiende el limite hacia el este en 4.4 millas. Entonces, en sus registros, aparecen un montón de buques de forma ilegal cuando no están de forma ilegal. En 2022 había 250 barcos en esas millas. Si los investigadores usan esas plataformas detectaron ilegalidad donde no la había. “Hay que ser prudentes y analizar las fuentes”. 

En relación a las soluciones, los especialistas manifestaron que debe ser una serie de medidas que tiendan a desincentivar a las flotas que capturan en Alta Mar. “Deben alcanzarse mediante acuerdos binacionales, investigación científica y cooperación en la conservación, el desarrollo de un plan nacional que permita un ejercicio efectivo de los derechos de soberanía sobre los recursos naturales más allá de los 200 millas y la eliminación de los subsidios de los estados de bandera de estas flotas”.

Estamos todos muy ilusionados con el acuerdo internacional de conservación de biodiversidad marina fuera de la jurisdicción nacional. Es muy incipiente, no está traducido a todos los idiomas pero permite la creación de mecanismos de gestión y manejo y conservación en aguas internacionales”, sostuvo De Solla.


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