Mar del Plata llegó tarde al debate del petróleo y el mar
La discusión empezó cuando todo indica que el gobierno ya tomó una decisión. Afirman que no habrá impacto sobre el medio ambiente aunque sin datos ni registros que lo avalen.
El día que el gobierno nacional autorizó la exploración sísmica a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata, comenzó el debate. Habían pasado más de dos años en que ni el gobierno nacional ni el local ni la mayoría de las instituciones de la ciudad se expresaba al respecto.
Sólo el sector pesquero, asociaciones vecinales, espacios de izquierda y de defensa del medio ambiente se hicieron oír. Todos, claro, rechazaban el proyecto. Sin embargo, parecía que la mayoría de los actores políticos, sectores que podrían verse afectados como los relacionados al turismo e incluso los que podrían verse beneficiados no tenían nada para decir.
Es que la historia empezó el 17 de mayo de 2019. Ese viernes, el entonces presidente Mauricio Macri adjudicó 18 áreas para la exploración en busca de gas y petróleo en el Mar Argentino. Las áreas se dividían entre las cuencas Austral (14.200 km2 con una profundidad de hasta 100 metros), Malvinas Oeste (86.400 km2, de 100 a 600 metros de profundidad) y Argentina Norte (100.200 km2 de 200 a 1300 metros y de 1200 a 4000 metros en aguas ultra profundas).
La Argentina Norte, también conocida por la sigla CAN, es la que está en la provincia de Buenos Aires. Las empresas que se quedaron con las licitaciones fueron YPF, Equinor, Tecpetrol, Qatar Petroleum, ExxonMobil, Total, Pluspetrol, Wintershall, British Petroleum, Shell, Tullow, Mitsui y ENI.
La primera que pretende comenzar con la exploración es la noruega Equinor y el pasado 30 de diciembre recibió la autorización por parte del presidente Alberto Fernández. Ese podría ser el segundo suceso de esta historia si no fuera por la audiencia pública celebrada el pasado 1 de julio con el arbitrio del ministerio de Ambiente de la Nación donde casi el cien por ciento del auditorio se manifestó contra la exploración.
Greenpeace explicaba que el CAN 100 debería ser una zona marítima protegida. Que los efectos los sufrirían no solo los mamíferos si no también la pesca y el turismo. Y que en caso de que haya explotación, las probabilidades de que existan derrames eran cercanas 100%.
La política ausente
No obstante, ni en la campaña electoral de 2019 ni en la de 2021 la exploración sísmica fue tema. Es insoslayable que en la última, tanto Fernando Muro, el candidato de Juntos impulsado por el intendente Guillermo Montenegro, como Virginia Sívori, quien encabezó la lista de Todos amadrinada por Fernanda Raverta, tuvieron discursos que apuntaban a la producción y el empleo.
La única concejala que se expresó públicamente y participó de la audiencia pública fue Sol de la Torre del bloque de Todos. Su posición fue claramente contra el extractivismo y en defensa del medio ambiente.
Tras conocerse la medida del presidente, otros concejales y el propio intendente se expresaron en contra. Por ahora no hay ningún llamado formal a sesión o jornada de trabajo por parte del Concejo Deliberante más allá del proyecto del partido Socialista -sin representación legislativa- que tiene ese objetivo y el gobierno local tampoco abrió una instancia de debate.
La historia no sorprende. Los políticos que ejercen cargos en la ciudad han obviado otras discusiones ambientales que preocupan a los vecinos. En marzo de este año se supo que cuatro escuelas ubicadas en la zona del cordón frutihortícola tenían el agua contaminada con agroquímicos. El mes pasado se conoció que el barrio Playa Serena corre con la misma suerte.
Emular a Chubut
El gobierno nacional comunicó poco. En principio, solo los protocolos de actuacióny que las tareas de Equinor arrancarían en el segundo semestre del año. Pero a nivel oficial no se dieron a conocer estudios ni datos de cómo se minimizarán los riesgos.
Entonces, más de mil vecinos y turistas se movilizaron contra la resolución presidencial con consignas como #Atlanticazo, #MarSinPetróleo y #SalvemosAlMar. La manifestación se replicó en otras localidades de la Costa Atlántica y del resto del país.
"Esperamos que se vea claramente la decisión de todo el pueblo. Estamos intentando, desde nuestros territorios, enfrentar al extractivismo que avanza, saquea, contamina y destruye nuestras formas de vida. Esperamos que se vea claramente que somos un pueblo en pie. Que no pueden seguir avasallando nuestro derecho a decidir lo que sucede en nuestras comunidades y territorios", dijo la integrante de la Asamblea por un Mar Libre de Petróleo, Fernanda Génova.
Al ser consultada sobre las expectativas de una solución cuando los espacios políticos mayoritarios avalaron a la actividad, sostuvo que tienen las mismas esperanzas que el pueblo de Chubut. Una referencia a la lucha que hubo en aquella provincia para que el gobierno diera marcha atrás con las autorizaciones a proyectos de megaminería.
Génova recordó que la asamblea conformada en junio del año pasado, presentó notas ante el intendente y los concejales. Allí les pedían que rechazaran estos proyectos: "Que hicieran las gestiones que se necesitaban a nivel del estado nacional y que declararan a Mar del Plata ciudad libre de explotación petrolera pero no recibimos respuestas".
"Ahora que ya está firmada la autorización salen todos a despegarse porque son responsables. Sus fuerzas políticas son las que están impulsando estos proyectos extractivistas que se quieren instalar en la costa bonaerense", señaló.
Indetenible
El gobierno respondió que el proyecto no se detendrá. El ministro de la producción Matías Kulfas, el de Ambiente, Juan Cabendié, el Jefe de Gabinete, Juan Manzur y el gobernador Axel Kicillof, entre otros, se manifestaron en la misma línea. Creen que hallarán una Vaca Muerta en el mar.
"Los hidrocarburos hoy representan la mitad del consumo mundial de energía. Estamos frente a un contexto de demanda energética en aumento: por ejemplo, en la última semana, hemos batido el récord de consumo histórico de la Argentina, por tanto es una actividad que hay que profundizar y continuar desarrollando", indicó el jefe de Gabinete, Juan Manzur.
Además, aseguró que el país "cumple con todos los estándares de cuidado del medioambiente al efectuar estas prácticas, de la misma manera que se realiza en los países más desarrollados del mundo, como es el caso de Canadá, Holanda, Noruega y Brasil, que lleva adelante esta actividad en el mar desde hace más de 50 años".
"Se trata de una iniciativa que cuenta con el aval del Estado Nacional para desarrollar este recurso, con el fin de aumentar la producción de gas viable para las y los argentinos y también permite la posibilidad de convertir al país en proveedor de gas de toda la región", explicó.
A su vez, desde el gobierno indicaron que en la costa de la provincia de Buenos Aires se han explorado unos 50 mil kilómetros y se han hecho 18 perforaciones. Y respecto del procedimiento dijeron que "implica la instalación de diez cables submarinos que tienen una extensión de entre 8.000 y 10.000 metros y se conectan a tres fuentes de energía desde la que se emiten sonidos. La refracción de esos sonidos es captada por micrófonos submarinos, conocidos como hidrófonos".
Sin embargo, los datos resultan escasos. No muestran estudios ni registros de que nunca hubo derrames. La experiencia de otros países como EEUU y Brasil, según la Universidad del Centro, indica que el vuelco de petróleo o de otros compuestos que utiliza el sector es inherente a la industria.
Esta vez no hubo grieta. El gobierno del PRO y la UCR hizo la licitación, el peronista autorizó. O, para más rigurosidad, la grieta es otra: de un lado quienes creen que hay que seguir apostando al modelo extractivista y del otro quienes quieren que haya desarrollo sin impacto al medio ambiente. Una división que seguramente marcará la política de las próximas décadas.